La estabilidad económica significa que la economía de una región o país no muestra grandes fluctuaciones en las medidas clave del desempeño económico, como el producto interno bruto, el desempleo o la inflación. Más bien, las economías estables muestran un crecimiento modesto en el PIB y en el empleo al tiempo que mantienen la inflación al mínimo. Las políticas económicas del gobierno se esfuerzan por lograr un crecimiento y precios económicos estables, mientras que los economistas confían en múltiples medidas para medir la cantidad de estabilidad.
Características de una economía estable
Una economía estable muestra un crecimiento estable y manejable en el PIB y el empleo. Un crecimiento manejable significa que la economía crece a un ritmo sostenido que no provoca presiones inflacionarias, resulta en precios más altos y afecta negativamente las ganancias corporativas.
Una economía que muestra un crecimiento constante durante un trimestre del año, seguida por una fuerte caída en el PIB o un aumento en el desempleo en el próximo trimestre, indica inestabilidad económica. Las crisis económicas, como la crisis crediticia mundial de 2008, causan inestabilidad económica mundial, disminuyendo la producción, el empleo y otras medidas de salud económica.
Medidas clave de la estabilidad económica
Una economía nacional moderna es demasiado compleja para resumir en una sola medida, pero muchos economistas se basan en el PIB como un resumen de la actividad económica. Los cambios en el PIB a lo largo del tiempo proporcionan una medida de estabilidad. El PIB mide la producción total de la economía de una nación en términos monetarios ajustados a la inflación.
Otras medidas de estabilidad económica incluyen los precios al consumidor y la tasa de desempleo nacional. Las agencias gubernamentales recopilan datos mensuales y trimestrales sobre la actividad económica, lo que permite a los responsables políticos y economistas monitorear las condiciones económicas y responder en tiempos inestables.
Otras medidas económicas
Los tipos de cambio de las divisas y los precios mundiales de las acciones también proporcionan medidas útiles de estabilidad económica, según una hoja informativa del Fondo Monetario Internacional. Los cambios volátiles en las tasas de cambio y en los mercados financieros resultan en inversores nerviosos, lo que lleva a un menor crecimiento económico y niveles de vida más bajos.
El FMI admite que cierta inestabilidad es inevitable en una economía dinámica, pero informa que el desafío al que se enfrentan los gobiernos de todo el mundo es minimizar la inestabilidad sin obstaculizar la capacidad de la economía para mejorar los estándares de vida a través de una mayor productividad y el crecimiento del empleo.
Política económica del gobierno
Cuando los cambios bruscos en el PIB, el desempleo, la inflación y otras medidas apuntan a condiciones inestables, los gobiernos a menudo responden con medidas de política fiscal y monetaria. Economistas como Gregory Mankiw de Harvard se refieren a estas acciones como una política de estabilización.
Cuando el PIB disminuye, por ejemplo, los gobiernos pueden aumentar su gasto en bienes y servicios para estimular la economía, mientras que los bancos centrales pueden reducir las tasas de interés para facilitar el acceso al crédito para empresas y particulares. Si la economía muestra inestabilidad en la otra dirección y se expande a un ritmo que puede provocar la inflación, los bancos centrales pueden aumentar las tasas de interés para reducir la oferta monetaria de la nación y controlar las presiones inflacionarias.