Un monopolio, por definición, es el control de un producto o servicio en un mercado en particular, lo que hace posible la manipulación de los precios de ese producto o servicio. Para ser considerado un verdadero monopolio, el jugador o jugadores dominantes no solo tienen que estar libres de la competencia, sino que deben hacer imposible la posibilidad de competir.
Tener un monopolio sobre un producto, producto o servicio no es ilegal en los Estados Unidos, a pesar de lo que algunos puedan creer. Lo que es ilegal es hacer imposible que los competidores ingresen al mercado. La base subyacente de una sociedad capitalista es que la competencia debe impulsar el mercado.
Especulación de precios
Cuando una compañía es el único proveedor de un bien o servicio, tiene control sobre los precios de ese producto. Hasta cierto punto, el público aún puede controlar el precio al no comprar ese artículo si no se considera un buen valor. Pero sin competencia, no hay manera de determinar cuál es un buen valor. Peor aún, monopolizar un producto esencial, si fuera posible, como el agua, la gasolina o la leche, haría que fuera casi imposible prescindir de las personas, y en ese caso, la empresa podría "nombrar su precio".
Innovacion
Al evitar que la competencia entre en el mercado, la innovación es imposible de introducir. Cuando esto ocurre, no hay posibilidad de mejoras en la calidad de vida o reducción en el precio. Los inventores y empresarios, los individuos que impulsan el capitalismo, no tendrían lugar en un entorno empresarial monopolizado para poner a prueba sus teorías, ideas o innovaciones en un público hambriento.
Productos Inferiores
Si solo una empresa puede fabricar un producto o administrar un servicio, no hay incentivo para que esa empresa mejore su rendimiento o eficiencia. No hay valor agregado para el cambio. La empresa puede poner el precio que quiera en el producto hoy, por lo que gastar dinero en investigación, desarrollo, nuevos equipos o reorganización solo reduce la fuente de ganancias. El resultado final es un producto que no se modifica, que no se ha mejorado, que no está bien construido y que es marginalmente efectivo.
Servicio pobre
La fabricación de una sola fuente también promueve un mal servicio al cliente. No hay necesidad de ser útil o extrovertido para un cliente, porque no tiene a dónde ir. Si se proporciona servicio para el producto, también es probable que sea demasiado costoso e inconveniente para el usuario. El fabricante tendría toda la capacidad de obligar al consumidor a adoptar su modelo de cliente en lugar de a la inversa. Esto puede significar que no hay servicio a domicilio, ninguna garantía sobre la longevidad del producto o sobre el precio de las piezas de repuesto.