La privatización es un tema complejo en el desarrollo económico de cualquier región. Al considerar a las partes interesadas de una iniciativa de privatización, un observador debe darse cuenta de que todos los miembros de la sociedad son partes interesadas en un cambio tan impactante. Tanto los esfuerzos privados como los estatales ofrecen sus propios inconvenientes y ventajas, lo que significa que un análisis caso por caso de cada situación específica proporciona el curso de acción óptimo en lugar de una simple política de rutina. A menudo, los esfuerzos públicos administrados por el gobierno operan con pérdidas, por lo que el objetivo fundamental de la conversión a un servicio privatizado es mejorar la eficiencia fiscal y obtener ganancias cuando sea posible. Los críticos de la privatización de los servicios argumentan que el motivo de lucro hará que una entidad privatizada brinde a los ciudadanos menos servicios. Sin embargo, es posible, a través de una administración adecuada, facilitar un cambio a la privatización y al mismo tiempo proteger los intereses de los ciudadanos.
Privatización y financiación de proyectos.
La privatización puede ofrecer un elemento vital muy necesario en forma de fondos de capital a lo que solía ser una institución pública. Por ejemplo, una empresa de servicios públicos, como un proveedor de electricidad o un departamento de agua, puede necesitar una revisión sustancial de la infraestructura para lograr un estándar de seguridad y efectividad operacional deseable; un proyecto de este tipo puede ser costoso, tanto que puede estar fuera del alcance de un gobierno, particularmente en regiones con problemas económicos, como las que tienen bases fiscales disminuidas, o en el mundo en desarrollo. La privatización de la industria en cualquiera de las situaciones mencionadas anteriormente permite a los ciudadanos disfrutar de una mejor calidad de vida de la que de otra manera no podrían obtener, bajo la premisa de que los inversionistas eventualmente obtendrán un rendimiento rentable de su contribución al bienestar de la comunidad.
Valor del motivo de lucro
Se ha dicho mucho, tanto positivo como negativo, acerca de cómo la motivación de lucro es la fuerza impulsora detrás del sistema capitalista occidental. Sin embargo, el argumento de que la privatización es positiva en cualquier circunstancia probablemente sea presentado de manera más elocuente por el Banco Mundial, que afirma que la motivación principal detrás de la privatización de las instituciones de propiedad gubernamental es tomar lo que normalmente sería un drenado gasto para la economía y la economía. hacer que el proceso sea más eficiente económicamente para introducir la posibilidad de ganancias, lo que crea la fuerza impulsora detrás de una gestión y formulación de políticas adecuadas. Las industrias privatizadas pueden beneficiar a una comunidad en general de manera tal que ofrezcan oportunidades de empleo que contribuyan a la economía local.
Desventajas de la privatización para las partes interesadas
La privatización, como prácticamente cualquier forma de política económica, está abierta al abuso y la mala gestión, lo que puede tener consecuencias negativas para las partes interesadas. El gobierno todavía tiene un papel que desempeñar en una industria privatizada a través del uso de la regulación. La regulación previene los abusos sistémicos que de otra manera dañarían el mayor bien de las personas. Por ejemplo, entregar el sistema público de agua a una entidad privada bajo circunstancias regulatorias adecuadas sería una bendición para la sociedad; pero si no existen regulaciones para prevenir el aumento de precios no ético, puede llegar al punto en que la capacidad de pagar el agua sea sofocada y ocurra el sufrimiento humano. Inevitablemente, algunas empresas permitirán que los motivos de lucro anulen las preocupaciones éticas, causando problemas. Con un buen gobierno corporativo y un marco regulatorio gubernamental sólido, la privatización no tiene que ser una transición temida en el ojo público.
El papel del gobierno corporativo en escenarios de privatización
Las entidades privadas que asumen los esfuerzos del gobierno tienen un papel que desempeñar en la salud general de una comunidad. En última instancia, las entidades privadas son responsables de la forma en que el público las percibe y de sus estándares éticos, por lo que deben trabajar para lograr una coexistencia mutuamente beneficiosa con las comunidades en las que operan. La frase clave de buen gobierno corporativo en una institución privatizada que antes era pública es "impacto neto". La administración de alto nivel de las organizaciones privatizadas que antes eran administradas por el gobierno debe preguntarse cuál ha sido el impacto neto de sus operaciones en la sociedad y si están yendo. abandonar la ética en la búsqueda de ganancias a costa de las relaciones públicas y, en última instancia, de la calidad de vida de sus clientes. Trabajar para alcanzar el objetivo de servir a la comunidad y mantener un alto estándar de ética puede requerir trabajar con el gobierno para llegar a disposiciones para enfrentar los desafíos únicos que presentan, por ejemplo, los ciudadanos empobrecidos que no pueden pagar la tarifa competitiva del mercado por sus servicios. Una disposición podría ser establecer una tarifa que permita a los usuarios de servicios públicos con un empleo remunerado pagar tarifas competitivas en el mercado que garanticen que la empresa de servicios públicos siga siendo rentable y ofrezca espacio para permitir subsidios a los enfermos, ancianos y trabajadores pobres. El acuerdo no solo serviría al mayor bien de la sociedad sino que también evitaría una reacción violenta del público en contra de la transición de la operación pública a la privada.