Un contrato válido requiere que una parte haga una oferta y la otra parte que acepte. La oferta debe incluir una "consideración" como dinero, bienes o servicios, no solo hacer un favor de forma gratuita. Además, las partes deben comprender lo que acuerdan. Un contrato que carece de uno de estos elementos no es válido. Además, otras cuestiones pueden hacer que un contrato sea ilegal o inejecutable.
Falta de capacidad
Si una de las partes del contrato carece de capacidad para realizar un acuerdo vinculante, el contrato es anulable. Por ejemplo, una persona mayor con demencia, una persona con discapacidad mental o un niño pequeño carecen de capacidad si no pueden entender el significado o el efecto del contrato que están firmando. El Contrato Nacional Paralegal dice que una parte que carece de capacidad aún puede optar por cumplir el contrato, no se anula automáticamente. En ese caso, la otra parte no tiene más remedio que cumplir el contrato también.
Fines ilegales
El mejor abogado del mundo no puede escribir un contrato legalmente vinculante para llevar a cabo un acto ilegal. El gobierno del estado de Texas ofrece un ejemplo: dos partes pueden tener un acuerdo verbal para tratar drogas ilegales, pero si una de ellas renuncia, la otra no puede acudir a los tribunales para hacer cumplir el acuerdo. Del mismo modo, un acuerdo de préstamo que cobra más de lo que permite la ley no es un contrato válido, incluso si las partes pensaron que estaban dentro de la ley.
Interpretación errónea
Si una o ambas partes del contrato entienden mal los términos, esto puede invalidar el contrato. Un artículo en el Journal of Legal Studies dice que tiene que ser un error significativo que perjudica a una de las partes, no algo trivial o fácil de arreglar. Sin embargo, si la parte sabía que su entendimiento podría estar equivocado, aceptó el riesgo y firmó de todos modos, el contrato podría demorarse. El Diario dice que determinar qué errores son lo suficientemente significativos como para invalidar el contrato es un desafío importante en la ley de contratos.
Tergiversación y Fraude
La tergiversación implica declaraciones totalmente falsas, no solo un malentendido. Si, por ejemplo, una de las partes ofrece a sabiendas a un Rembrandt falso como un trabajo real, es una tergiversación fraudulenta. Un propietario que cree sinceramente que la pintura es un Rembrandt está haciendo una tergiversación inocente. Una tergiversación material es lo suficientemente significativa como para influir en la otra parte para que acepte el contrato. La tergiversación material puede ser motivo para anular el acuerdo.