La depreciación es la forma en que los contadores explican el desgaste de los activos. Cada año, a medida que el activo genera ingresos para la compañía, la depreciación se cancela del valor de los activos y se registra en el estado de resultados como una reducción del ingreso operativo. La mejor manera de analizar la depreciación como un elemento del presupuesto de efectivo es comprender sus componentes y usos.
Variables de depreciación
Existen tres variables principales para los gastos de depreciación, que son el valor de rescate, la vida útil y el costo de los activos. Cada uno proporciona información sobre cómo explicar el desgaste de los activos a lo largo del tiempo. El valor de recuperación es el valor del activo al final de su vida útil. La vida útil se determina estimando la cantidad de años durante los cuales el activo podrá agregar valor a la compañía, y el costo del activo es el precio pagado para obtener el activo.
El balance y el estado de resultados
La depreciación se gasta en el estado de resultados y se deduce de los activos en el balance general. El balance proporciona un recuento de los valores de los activos de la empresa. Cada año, el gasto por depreciación se cancela del estado de resultados, y también se deduce del valor total de los activos en el balance general. Entonces, en el balance general, el resultado es una reducción en el valor del activo, y en el estado de resultados el resultado es un ingreso neto más bajo.
El estado de flujo de efectivo
El estado de flujo de efectivo se crea a partir del balance general y del estado de resultados. Proporciona una visión general de las transacciones en efectivo en el negocio. Si bien la depreciación es un gasto real para fines contables y fiscales, no produce una salida de efectivo. Esta es la razón por la cual la depreciación se agrega nuevamente a los ingresos por operaciones en el estado de flujo de efectivo.
Impuestos en efectivo
El hecho de que la depreciación no sea un gasto en efectivo y, por lo tanto, no necesita ser presupuestado directamente en un presupuesto en efectivo, hay un efecto de efectivo importante: los impuestos. Por ejemplo, la depreciación reduce el ingreso neto reportado, lo que también puede reducir los impuestos en efectivo pagados al IRS. Cuanto mayor sea el gasto de depreciación, más bajos serán los impuestos sobre la renta pagados. Dado que la depreciación no es un gasto en efectivo, las empresas prefieren utilizar la depreciación como un paraíso fiscal.