Definición de ética en la contabilidad

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Anonim

La contabilidad se ocupa de la verdad en forma de descripciones numéricas fieles de las actividades comerciales. Los principios éticos que impulsan la profesión hablan de la importancia de proporcionar información precisa e imparcial. Esto permite a los propietarios de negocios recopilar la información que necesitan, y las agencias de auditoría pueden realizar evaluaciones útiles. La ética en la contabilidad es una cuestión tanto de directrices como de principios. Las normas específicas son establecidas por los órganos de gobierno y las organizaciones comerciales que elaboran las reglas de contabilidad, pero los valores personales y la ética profesional deben guiar a los contadores. Esta capa adicional de juicio ético ayuda a tomar decisiones frente a ambigüedades y áreas grises.

Ética en las auditorías

La auditoría es una de las tareas más importantes que realizan los contadores. Implica verificar la información para evaluar la veracidad y exactitud de la información contable, ya sea para propósitos internos o evaluaciones externas para instituciones tributarias y prestamistas. Para actuar éticamente durante una auditoría, un contador debe evaluar los números con el objetivo principal de llegar a la verdad. No debe haber conflictos de intereses, como ser propietario de acciones en el negocio y estar de pie para ganar si los números representan operaciones de una manera ventajosa.

Cuando una compañía contrata a un auditor externo para revisar sus datos contables, es el trabajo de ese contador ser minucioso y justo y buscar inconsistencias, incluso si estas banderas rojas agregarán trabajo adicional o crearán otros problemas para la compañía. Un contador de auditoría que trabaja para un banco o agencia gubernamental no debe dejarse llevar por sentimientos personales como la codicia o incluso la simpatía, sino que debe preocuparse solo por asegurarse de que los números estén alineados y expresar con precisión la actividad financiera de la empresa.

Código de ética en contabilidad

La Junta de Normas de Ética Internacional para Contadores, en sí misma una agencia independiente, ha creado un código que describe los principios en juego en la contabilidad ética. Estos principios cubren muchas facetas del comportamiento ético para los contadores, aunque las situaciones únicas pueden requerir llamadas de juicio que no se reflejan explícitamente en estos principios.

  • Integridad: La integridad no es un conjunto de reglas o un curso de acción, sino más bien un estado mental orientado hacia la honestidad, la franqueza y el compromiso de actuar siguiendo los principios en lugar de por beneficio personal.

  • Objetividad: En la medida en que sea humanamente posible, los contadores no deben verse influenciados por los intereses o perspectivas de las personas o empresas que los contratan. Un contador tampoco debe permitir que los prejuicios o intereses personales influyan en los números que ingresan en un sistema contable o en los resultados que se obtienen. Las cifras y los resultados deben tomarse como un valor nominal y deben impulsar conclusiones y decisiones.
  • Competencia profesional y debido cuidado: El campo de la contabilidad no es un cuerpo de conocimiento estático sino un marco de referencia en evolución que cambia a medida que la legislación y las mejores prácticas se redefinen con el tiempo. Es responsabilidad de un contador ético mantenerse al tanto de estos desarrollos y proporcionar a los clientes información actualizada y un servicio de la más alta calidad.
  • Confidencialidad Los contadores manejan información confidencial, y es responsabilidad ética del contador abstenerse de divulgar esta información a terceros que puedan beneficiarse de ella. De manera similar, un contador no debe usar ninguna información obtenida mientras presta servicios profesionales por motivos de beneficio personal, como vender acciones en una empresa cuyos libros parecen cuestionables.
  • Comportamiento profesional: Al igual que con cualquier profesión, un contador debe realizar tareas y responsabilidades con miras a los más altos estándares personales y profesionales. Estos incluyen completar las tareas de manera exhaustiva y puntual, cumplir con los compromisos y solo aceptar pagos por servicios que se hayan prestado.

Dilemas éticos en la contabilidad

Aunque los órganos rectores y las reglas de contabilidad utilizan un código de ética claramente establecido en la contabilidad, puede crear la impresión de que existen reglas claras y coherentes para cada situación contable. Sin embargo, la situación puede ser mucho más turbia cuando comienza a trabajar en casos reales. Un contador puede estar trabajando para dos negocios diferentes y puede tener acceso a la información privilegiada de una compañía que podría afectar el bienestar de la otra compañía. La Compañía A puede estar considerando invertir en la Compañía B, pero el contador puede saber, al trabajar con ambas empresas, que la Compañía B tiene dificultades. En este caso, el curso de acción más ético sería que el contador dé un paso atrás y evite proporcionar información privilegiada a cualquiera de las compañías.

Los contadores también pueden enfrentar dilemas éticos al decidir cómo reportar información contable; Un proceso que permite cierta discreción y juicios de juicio. Decidir si gastar o depreciar un equipo puede afectar la ganancia neta en un estado de resultados, lo que puede afectar el valor de la compañía que los inversores evalúan. Puede que no sea ilegal reportar los gastos de una manera que se agregue al valor de la compañía, pero desvía la información de maneras que no son completamente transparentes. De manera similar, la decisión de asignar una partida de gastos a un departamento en lugar de a otro puede crear un desequilibrio en las métricas de éxito de los departamentos en cuestión, incluso si el gasto fue beneficioso para ambos.

No hay respuestas claras y fáciles para estos dilemas, pero un contador ético puede seguir pautas que pueden simplificar un poco estas decisiones. Es importante pensar en el espíritu detrás del código de conducta contable y la ley, así como sus detalles. Incluso si un contador no puede discutir los detalles de una situación con un extraño, incluso el solo hecho de imaginar una conversación de este tipo puede proporcionarle una perspectiva valiosa. Y aunque difícilmente proporcionan criterios rigurosos u objetivos, la intuición y los sentimientos viscerales pueden ser guías éticas útiles.

Programas de entrenamiento e historia

Debido a que la ética en la contabilidad es un aspecto tan importante del campo, muchas universidades y programas de capacitación han comenzado a ofrecer e incluso requieren cursos que brindan capacitación en ética contable y exploran cuestiones éticas. Este desarrollo fue impulsado en parte por casos de alto perfil como el colapso de Enron, que era notorio por prácticas contables cuestionables. La disponibilidad de clases en ética contable sirve en parte para abordar las percepciones de que las prácticas contables profesionales pueden ser turbias, y también para desalentar a las personas que están ingresando en el campo a participar en cualquier actividad éticamente cuestionable.

Aunque el requisito de tomar clases en ética contable puede ser un desarrollo reciente, los principios éticos se incorporaron al núcleo de la contabilidad moderna. Luca Pacioli, comúnmente conocido como el padre de la contabilidad, vivió y escribió durante el Renacimiento italiano. En lugar de ser un matemático o un empresario como podría esperarse, Pacioli fue un teólogo que creía que la contabilidad era una ciencia moral.

Pacioli creía que el propósito de la contabilidad era expresar la relación financiera de un empresario con proveedores, clientes y acreedores. La ecuación contable, que está en el corazón de la actividad contable, establece que los activos menos los pasivos son iguales al patrimonio del propietario. En otras palabras, el propietario de un negocio solo posee lo que queda después de contabilizar las sumas que se deben a los acreedores. Un negocio puede parecer tener un superávit si tiene dinero en el banco, pero si ese dinero se le debe a personas externas, entonces no es realmente un activo. Este énfasis difiere de los principios de contabilidad ética establecidos por las organizaciones comerciales modernas y los profesores de contabilidad, pero habla de una profunda verdad que es tan antigua y relevante como la profesión en sí misma.