La mayoría de los países de hoy tienen una economía abierta. Sus bienes y servicios se pueden comercializar a través de las fronteras, y la mayoría de las industrias tienden a ser de propiedad privada. Las importaciones y exportaciones representan una gran parte del PIB. Como resultado, los clientes tienen acceso a una amplia gama de productos de marcas nacionales y mundiales.Si usted es un empresario, es importante tener una comprensión clara de las diferencias entre las economías abiertas y cerradas. Esto le ayudará a decidir con quién hacer negocios y dónde invertir dinero para el éxito a largo plazo.
¿Qué es una economía abierta?
En una economía abierta, las personas son libres de vender bienes y servicios a países extranjeros. También tienen la opción de comprar bienes y hacer negocios en toda la comunidad internacional. Los Estados Unidos, Australia, Singapur, Suiza y la mayoría de los países de la UE tienen una economía abierta caracterizada por barreras comerciales bajas.
En el pasado, Nueva Zelanda, Canadá y Australia tenían políticas proteccionistas en vigor. Sin embargo, comenzaron a abrirse en los años 80 y 90, lo que llevó a un aumento de los ingresos y la productividad. Otros países tienen una pequeña economía abierta, lo que significa que participan en el comercio internacional, pero sus acciones tienen un impacto insignificante en los precios globales.
Por ejemplo, la República Checa, Austria, Bélgica, Luxemburgo, Noruega y Jamaica se encuentran en esta categoría. Un país como Austria es demasiado pequeño para influir en la economía global, incluidos los precios, los ingresos y las tasas de interés. Por lo tanto, es vulnerable a las condiciones cambiantes del mercado global.
Si una gran economía abierta como Alemania entra en recesión, tendrá un impacto negativo en la economía mundial. Una recesión en Austria o Bélgica, por otro lado, es poco probable que tenga un impacto importante en otros países.
El grado de apertura varía de una nación a otra. Los expertos financieros afirman que no existe una economía completamente abierta. La mayoría de los países tienen políticas monetarias y fiscales, así como barreras comerciales destinadas a proteger sus economías. Algunos todavía tienen industrias de propiedad del gobierno. Otros no permiten la libre circulación de capitales a través de sus fronteras.
Características de una economía cerrada
No todos los países están dispuestos a intercambiar bienes y servicios con otras naciones. Aunque existen pocas economías cerradas hoy en día, algunos países todavía restringen el flujo de recursos a través de sus fronteras políticas. En teoría, son autosuficientes y no dependen del comercio internacional.
¿Pero qué países tienen una economía cerrada? Un buen ejemplo es Brasil, que tiene la relación comercio-PIB más baja del mundo. Su economía se basa principalmente en su mercado interno. Hay menos de 20.000 empresas brasileñas que exportan bienes. Eso es extremadamente bajo considerando la gran población. Noruega, en comparación, tiene un número similar de exportadores, pero menos residentes.
Según el Banco Mundial, Brasil tiene estrechos vínculos con China, otra economía cerrada. Se espera que se convierta en una de las fuentes importantes de más rápido crecimiento de China. A pesar de que ambos países imponen altas barreras arancelarias a ciertos bienes y servicios, en los últimos años se han logrado avances significativos en este sentido.
A pesar de ser el mayor exportador de bienes del mundo, China tiene una economía cerrada debido a sus restricciones a las importaciones. Además, impone regulaciones estrictas sobre el uso de la tecnología dentro de sus fronteras. Las importaciones de aves y huevos están totalmente prohibidas. A los cines domésticos no se les permite ejecutar más de 34 películas extranjeras por año. Las compañías que planean hacer negocios en China están sujetas a altos impuestos y aranceles de importación.
Los gobiernos y los académicos han discutido durante mucho tiempo las ventajas y desventajas de una economía cerrada. Algunos expertos dicen que este tipo de economía asegura una abundancia de mano de obra. Además, estas naciones son autosuficientes y no dependen de la economía global. También les resulta más fácil regular los bienes internos.
Los países con economías cerradas a menudo carecen de los recursos internos necesarios para producir ciertos bienes. Por ejemplo, es posible que no tengan suficiente petróleo, petróleo crudo, carbón o granos. Dado que el gobierno controla los precios, los clientes se ven obligados a pagar por bienes que pueden o no poder pagar. Si el país en cuestión experimenta condiciones adversas, como escasas precipitaciones, su población puede morir de hambre. Los agricultores perderían sus ingresos, y los cultivos morirían.
Otras características de una economía cerrada incluyen regulaciones gubernamentales extensas, industrias nacionalizadas, tarifas de protección y oportunidades limitadas para el crecimiento. Los países que entran en esta categoría están privados de los beneficios del comercio internacional, como el acceso a nuevas tecnologías y productos innovadores. Sus residentes no pueden trabajar en el extranjero, mientras que los extranjeros no tienen el trabajo adecuado dentro de sus fronteras.
Sin embargo, ninguna economía está completamente cerrada hoy en día. Este concepto se utiliza principalmente para desarrollar teorías macroeconómicas.
Las ventajas de las economías abiertas
La colaboración impulsa el crecimiento. En una economía abierta, las personas pueden intercambiar bienes y servicios, iniciar o expandir sus negocios a través de las fronteras y disfrutar de costos más bajos. Los clientes tienen acceso a una amplia gama de productos que pueden no estar disponibles de otra manera. El entorno económico flexible garantiza la asignación óptima de recursos y la soberanía del consumidor.
Este tipo de economía fomenta la competencia entre los productores nacionales, lo que se traduce en productos de mayor calidad y precios más bajos. Por ejemplo, un fabricante nacional de muebles competirá contra cientos de marcas locales y mundiales. Como resultado, la compañía se esforzará por ofrecer una mejor experiencia al cliente o productos superiores para obtener una ventaja competitiva.
Otra ventaja de una economía abierta es la capacidad de vender exportaciones a precios más altos y obtener importaciones más baratas. Cuando dos países intercambian bienes y servicios entre sí, ambos se beneficiarán de estas diferencias de precio. Además, la eliminación de tarifas resulta en costos más bajos para los clientes.
El espíritu empresarial también es altamente alentado. Aquellos que planean iniciar un negocio pueden intercambiar libremente información y recursos con compañías extranjeras. Esto les permite mantener los costos bajos y acceder a las últimas tecnologías para que puedan ofrecer productos innovadores a precios competitivos. Además, pueden suministrar bienes que no están ampliamente disponibles en el mercado interno.
La facilidad para hacer negocios ayuda a crear más empleos. En las industrias donde la competencia es feroz, las empresas buscarán atraer a los mejores talentos y ofrecer un salario más alto, lo que a su vez, estimula la economía local. Además, el acceso a la tecnología y los conocimientos técnicos aumenta la productividad y la innovación en el lugar de trabajo.
¿Hay algún inconveniente?
A pesar de sus aparentes ventajas, las economías abiertas distan mucho de ser perfectas. En primer lugar, son vulnerables a las amenazas externas. Las fluctuaciones de los precios, las caídas del mercado y las altas tasas de desempleo en un país pueden extenderse a otras economías. Por ejemplo, la crisis financiera que se produjo en 2008 fue seguida por una desaceleración económica mundial. Millones de personas perdieron sus trabajos o se encontraron bajo el agua con sus hipotecas.
En una economía abierta, muchas empresas pueden tratar de reducir sus costos y maximizar las ganancias explotando a los empleados o importando productos y materias primas de baja calidad. Además, las grandes organizaciones pueden dominar ciertos mercados, creando monopolios y estableciendo precios injustos. El creciente número de empresas extranjeras puede matar a las empresas locales. Por otro lado, la llegada de una gran corporación en una comunidad pequeña podría terminar con la pobreza y aumentar las tasas de empleo.
Si bien es cierto que las economías abiertas tienen su parte de inconvenientes, impulsan el crecimiento y la innovación. La disponibilidad generalizada de bienes y servicios, así como la facilidad para hacer negocios y el flujo de recursos productivos, pueden contribuir a la prosperidad y al desarrollo sostenible.