A medida que más personas se mudan a un área, los residentes locales tienen reacciones diversas. Por un lado, quieres acceder a las mejores tiendas, restaurantes y servicios, pero por otro lado, no te gusta el tráfico y las multitudes que traen los nuevos residentes. Pero en una escala más general, el crecimiento de la población puede tensar las economías a menos que haya suficientes personas y recursos para apoyarlo.
Efecto de la población sobre los recursos
El crecimiento de la población era una preocupación desde 1798, cuando el economista inglés Thomas Malthus predijo que eventualmente reduciría los estándares de vida en general. Al mirar alrededor, es evidente que solo hay tanta tierra para recorrer, y esto también se extiende al agua que bebemos y a los alimentos que consumimos. Con el tiempo, este crecimiento conducirá eventualmente a la inanición y la sed, dijo, lo que llevó a su consejo de que la humanidad limitaría su procreación.
Sin embargo, por más perspicaz que Malthus, no pudo haber previsto los avances en tecnología que ahora ayudan en la fabricación y producción. También hay una conciencia de estos peligros que lleva a los consumidores a conservar. Malthus no tuvo en cuenta actividades como el reciclaje y las prácticas de fabricación sostenibles. Pero al mismo tiempo, hay muchas áreas del mundo que carecen de acceso a recursos básicos como el agua potable limpia, pero que siguen atrayendo a una población en crecimiento.
Población y desarrollo económico
En áreas en desarrollo del mundo, el crecimiento de la población puede parecer tener un efecto positivo en las economías locales. ¿Pero es este crecimiento siempre algo bueno? Personas adicionales proporcionan una fuerza laboral necesaria para generar bienes y servicios. Sin embargo, en algunas ciudades, el rápido crecimiento hace que los precios de las viviendas se disparen y el tráfico sea incontrolable. En lugar de centrarse en aumentar la población, las ciudades como Huntsville, Alabama, han hecho un esfuerzo por atraer a grandes corporaciones y mejorar los servicios para los residentes. Esto permite un nivel de crecimiento más gradual que no abruma la infraestructura local.
Un ejemplo del impacto de la población en el crecimiento económico se puede ver en Detroit, donde la infraestructura local sufrió dramáticamente cuando las personas se mudaron. La ciudad se declaró en bancarrota en 2013 y utilizó la libertad de la deuda para reinvertir en la economía local. Pero hoy en día, los funcionarios del gobierno aún trabajan arduamente para impulsar a la población de clase media en el área, al tiempo que tratan con escuelas en dificultades y edificios abandonados.
Los funcionarios gubernamentales que se centran en el crecimiento pueden encontrar que sufren las consecuencias de una planificación deficiente. Por más valioso que sea para las empresas y los residentes locales, el aumento de la población también puede traer problemas como el tráfico pesado y los recursos limitados, elevando los costos de la vivienda y creando una mayor demanda de servicios locales de la que se puede apoyar.