Las compañías gastan mucho dinero en muchas cosas, pero cada gasto generalmente cae en una de dos categorías: gastos operativos y gastos de capital. La diferencia se reduce a los gastos diarios frente a la inversión a largo plazo. Debido a que estos gastos se manejan de manera diferente en la contabilidad y bajo el código impositivo, la mayoría de las compañías mantienen presupuestos de capital y presupuestos operativos separados.
Tipos de gastos
Un gasto de capital es el dinero gastado para adquirir un activo que agrega valor a la empresa. En otras palabras, los gastos de capital son inversiones. Cuando una empresa compra un edificio, por ejemplo, o un equipo, eso es un gasto de capital. Un gasto operacional, por otro lado, es el dinero gastado para dirigir la compañía día a día. Los salarios de los trabajadores, por ejemplo, son gastos operativos. Dentro del mundo de los negocios, estos conceptos a menudo se abrevian como CapEx para gastos de capital y OpEx para gastos operativos.
Ejemplo
Digamos que una empresa necesita una copiadora. El costo de la máquina en sí es un gasto de capital. Una vez comprada, la copiadora entra en el balance de la empresa como un activo, lo que significa que cuando llega el momento de sumar el valor total de la empresa, ese valor aumenta según el valor de la copiadora. Los costos de la electricidad para hacer funcionar la copiadora y del papel y el tóner que se utilizan para hacer copias son gastos operativos. En el balance general, los gastos operativos son esencialmente pasivos, ya que el valor total de la empresa se reduce por el monto adeudado por los gastos operativos.
Hacer una elección
Algunos gastos pueden ser de capital o operativos, según la forma en que una empresa quiera manejarlos. Bernard Golden, de "CIO", una revista para ejecutivos corporativos que supervisan la tecnología de la información, utiliza el ejemplo de un centro de almacenamiento de datos. Una empresa podría comprar un grupo de servidores de computadora para manejar sus datos y luego construir un edificio para alojarlos. En ese caso, el centro de datos sería un gasto de capital y los costos de funcionamiento serían operativos. O podría alquilar espacio en servidores mantenidos por una compañía separada. En ese caso, el centro de datos sería completamente un gasto operacional.
Tratamiento fiscal
El sistema impositivo de los Estados Unidos trata los gastos de capital y operativos de manera diferente. Los gastos operativos generalmente son deducibles del ingreso sujeto a impuestos de la compañía en el año en que se pagan los gastos. Los gastos de capital, por otro lado, deben ser "capitalizados", lo que significa que una empresa debe distribuir la deducción durante varios años. Esto refleja la forma en que las empresas generalmente tratan los gastos de capital en su propia contabilidad, como un costo distribuido a lo largo de la vida del activo, que no se toma de una sola vez.