La introducción del discurso es la parte más importante de cualquier presentación o charla que imparta. Si logras la introducción de un discurso, te has garantizado una audiencia cautiva. Sin embargo, si no captura a sus oyentes con la introducción, puede encontrarse luchando por sus oídos durante el resto de su presentación.
Presentar el tema
La mayoría de las personas que entran a una conferencia, presentación o sesión de presentación saben en qué se están metiendo. Sin embargo, la introducción de un discurso aún debería darles un breve recordatorio de qué es exactamente lo que van a escuchar. Quieres que tu audiencia sea clara sobre qué estás allí para hablarles. Al final de la introducción, el oyente no debe tener preguntas sobre cuál es el tema que se está abordando, incluso si tenía algunos antes de que comenzara el discurso.
Hacer preguntas
Su introducción debe plantear ciertas preguntas para el oyente sobre su tema. El deseo de tener respuestas a esas preguntas hace que el oyente preste atención. Por ejemplo, al dar un discurso sobre un producto, puede hacer preguntas sobre la falta de un producto que satisfaga ciertas necesidades de los clientes. Luego, el oyente presta atención para ver cómo su producto satisface esas necesidades mejor que las opciones existentes.
Crear emoción
La introducción es su mejor oportunidad para crear una sensación de entusiasmo sobre el tema sobre el que está hablando. Los mejores oradores públicos del mundo utilizan el sentido del drama, el ritmo, el humor y la claridad para aumentar el interés del oyente en el discurso que viene. Para ver un gran ejemplo de cómo se hace esto, vea las imágenes archivadas de Steve Jobs hablando en las presentaciones de Apple Keynote. Jobs es famoso por su habilidad para hablar, y es uno de los mejores en cualquier industria en crear entusiasmo en sus eventos.
Presentar una vista previa
Durante la introducción a un discurso, informe a sus oyentes sobre lo que les va a contar durante los próximos minutos. Al igual que en el párrafo introductorio de un ensayo, la introducción a su discurso debe tocar brevemente las áreas importantes del discurso que siguen. Esto ayuda a preparar al oyente para lo que viene. También ayuda a enmarcar sus puntos más importantes en la mente del oyente.