El fraude del IVA (Impuesto al Valor Agregado) es un esquema mediante el cual las empresas evitan pagar el IVA e incluso reclaman reembolsos por el IVA que nunca pagan. Tales empresas actualizan sus intenciones criminales utilizando diferentes métodos establecidos. Por lo tanto, se pueden identificar diferentes tipos de fraude de IVA, en los cuales los gobiernos de los países que administran el IVA han gastado enormes cantidades de dinero para investigar y hacer jaque mate.
Reclamaciones de reembolso inflados
Este es un esquema de fraude de IVA a través del cual los comerciantes adquieren facturas por compras que nunca hacen. Su intención es reclamar más reembolsos de las autoridades recaudadoras de impuestos de lo que merecen. Dichos comerciantes adquieren facturas falsas porque se necesitan facturas para reclamar reembolsos. (Las facturas dan evidencia de las compras de mercancías que han hecho los comerciantes y sobre las cuales han pagado el IVA reembolsable). Existe una red criminal establecida que se ocupa de dichas facturas fabricadas, que las personas de negocios compran para estafar al gobierno.
Ventas no reportadas
Los comerciantes ocultan su cantidad real de ventas en los mercados nacionales para evadir su obligación de cobrar el IVA en estas ventas. Dicho fraude está diseñado para permitirles reclamar más reembolsos (créditos) de los que merecen. Además, este esquema tiene el potencial natural de impulsar el negocio de tales comerciantes porque fomentará el patrocinio a causa de los bienes y servicios relativamente baratos que los comerciantes ofrecen a los compradores.
Comerciantes ficticios
Los comerciantes crean empresas irreales y las registran para el IVA, creando así comerciantes ficticios de sí mismos. Realizan compras y ventas de productos falsificados y defraudan a las autoridades mediante el registro de sus transacciones comerciales inexistentes. Su objetivo es tener motivos para reclamaciones de devolución de IVA. Además de crear empresas falsas, realizan facturas de exportación falsas. Para evitar la exposición, intentan obtener ganancias rápidas y desaparecer rápidamente.
Ventas domésticas disfrazadas de exportaciones
Bajo este esquema, los comerciantes venden bienes y servicios en un mercado nacional pero afirman haberlos vendido en un mercado de exportación. Para ello, adquieren facturas de exportación falsas. Las facturas de exportación falsas contienen reclamos sobre el monto de las compras superior al monto real que los comerciantes realizaron. Dichas facturas fabricadas aparentemente justifican sus reclamaciones de mayores pagos de IVA y, por lo tanto, de mayores reembolsos de IVA.
El fraude intracomunitario de un comerciante desaparecido
Este fraude permite a los comerciantes evadir sus obligaciones de IVA en dos países diferentes de la UE mediante la capitalización de bienes o servicios que tienen una gran demanda en un país de la UE en particular. Por ejemplo, después de registrarse para el IVA en un país de la UE, por ejemplo, Francia, pueden comprar bienes y servicios que tienen una gran demanda en Irlanda, en los que evitan hábilmente el pago del IVA. Luego regresan a Francia para vender rápidamente dichos bienes o servicios a precios con IVA incluido (habiéndose registrado para el IVA). A partir de entonces, desaparecen rápidamente sin pagar su IVA.