El ciclo de vida organizacional consta de cuatro etapas principales: inicio, crecimiento, madurez y declive. Una organización comienza como un concepto y eventualmente crece en tamaño, volviéndose cada vez más compleja. A medida que la organización alcanza la madurez, participan más partes interesadas y se requieren recursos adicionales para la toma de decisiones empresariales exitosas y la rentabilidad sostenible. Una organización madura finalmente tendrá que lidiar con el declive a menos que diversifique su estructura u ofertas para satisfacer las necesidades actuales del mercado. Las fuerzas competitivas, la resistencia al cambio, la tecnología obsoleta y las crisis económicas son las causas típicas del deterioro organizativo.
Fuerzas competitivas
Las fuerzas competitivas pueden crear una barrera de entrada que es difícil de superar para un nuevo negocio. Por ejemplo, un jugador establecido puede tener la ventaja de las economías de escala que resultan en costos de producción y gastos generales más bajos, o usar una estrategia de precios agresiva, como vender ciertos artículos por debajo del costo para aumentar el tráfico de clientes, lo que potencialmente puede hacer que un recién llegado quede fuera del negocio. Incluso si una organización supera estos obstáculos, el liderazgo y la estrategia efectivos deben mantenerse para contrarrestar las amenazas competitivas que pueden impedir el crecimiento y reducir la participación de mercado.
Resistencia al cambio
Con el tiempo, a medida que el negocio se estabiliza, los líderes organizacionales a menudo se centran en la eficiencia y adoptan un enfoque conservador para la toma de decisiones. Una organización puede volverse más adversa al riesgo y no reconocer y abordar las amenazas internas y externas para el negocio. La incapacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes puede afectar negativamente a la rentabilidad. Por ejemplo, mientras se estaba produciendo la revolución digital, Kodak no tomó una iniciativa temprana para trasladar su producto de película en papel a un producto digital, lo que llevó a su quiebra.
Tecnología obsoleta
A medida que una organización envejece, puede apuntar a capitalizar las ganancias y no asignar recursos para reemplazar sistemas heredados o invertir en tecnologías innovadoras para mantener el ritmo de sus competidores. La tecnología obsoleta puede dar lugar a problemas de compatibilidad, comunicaciones ineficientes, procesos empresariales más lentos y poca retención de clientes. Las inversiones tecnológicas de una organización madura también pueden permanecer estancadas debido a la consideración de que su tecnología actual es suficiente para sus necesidades. Mientras tanto, los competidores podrían estar adoptando nuevas y más eficientes formas de hacer negocios, obteniendo una ventaja competitiva.
Caída económica
Una recesión económica afecta negativamente a muchas facetas de una organización y, en última instancia, puede causar su declive. Por ejemplo, un aumento en el desempleo afectará el gasto de los clientes al reducir los ingresos disponibles y discrecionales. A su vez, es posible que una organización deba reducir su tamaño, interrumpir la investigación y el desarrollo, y reducir otros costos, lo que puede reducir la calidad de sus productos o servicios. Una economía pobre también dificulta la obtención de líneas de crédito y la capacidad de pagar la deuda existente, lo que puede dejar a una organización con la incapacidad de mantenerse a flote.