Los programas de premios son conocidos no solo por las actuaciones, los trajes de celebridades y el glamour, sino también por los discursos de aceptación de premios. Si bien es posible que no esté asistiendo a los Oscar o los Grammys en un futuro cercano, puede asistir a una ceremonia de premiación en su trabajo, escuela u otra organización, y se le puede pedir que dé un discurso de aceptación. Un buen discurso logra que la audiencia lo respete, mientras que uno malo puede poner a las personas a dormir o confundirlas.
Decida con anticipación quién hablará si varias personas forman parte de la entidad potencialmente ganadora. Elija una persona o decida cuánto tiempo puede hablar cada persona.
Haga una lista de todas las personas a las que debe agradecer, como su familia, socios, mentores y otras personas. Es posible que no tenga tiempo para agradecer a todos, por lo que está bien resumir los grupos, como "mi familia" o su equipo de marketing en su lugar de trabajo.
Di de forma concisa qué significa para ti el premio. Muestre un genuino agradecimiento y aprecio, pero hágalo en pocas palabras. Ejemplo: "Desde que empecé la escuela de medicina, sabía que este premio era algo por lo que luchar".
Pregunte a alguien asociado con la ceremonia de premiación cuáles son las limitaciones de tiempo para un discurso de aceptación. Si no está seguro de un tiempo establecido, pásese por mantener un discurso breve, como un minuto o menos.
Escribe el discurso. No escriba cada una de las palabras, sino las observaciones clave y las personas a quienes agradecer. Escriba el discurso e imprímalo en una fuente que sea grande y fácil de leer. Haz el discurso conciso y genuino. Evite mostrar o aprovechar el momento como una oportunidad para impulsar otra agenda o sus opiniones políticas.
Practica tu discurso varias veces. Es posible que se ponga nervioso al presentar el discurso, por lo que la práctica lo ayuda a sentirse cómodo y no a olvidar sus palabras.
Dé el discurso en la ceremonia, respire normalmente y haga contacto visual con el público al menos cada dos o tres oraciones. Habla con confianza en el micrófono, sonríe y actúa agradecido, sin salir tan engreído.