En la búsqueda de obtener más información sobre qué es lo que impulsa a los consumidores y, por lo tanto, cómo influir en sus elecciones, los investigadores han desarrollado varios enfoques para su trabajo. Según el profesor Lars Perner de la Universidad del Sur de California, un psicólogo del consumidor, las perspectivas de comportamiento del consumidor ayudan a desarrollar estrategias de marketing, políticas públicas, mercadeo social y la comprensión de cómo convertirse en un mejor consumidor. Sin embargo, no todos están de acuerdo con este uso común de las perspectivas de comportamiento. Hay potenciales ramificaciones académicas y culturales que preocupan a los críticos.
Perspectiva individualista
El enfoque principal de los estudios de comportamiento del consumidor consiste en observar las opciones de individuos o grupos específicos de individuos. Según un artículo de 1985 de Julia Bristol de la Universidad de Michigan, aunque esto avanza el conocimiento ampliamente desde una perspectiva, es esencialmente la única investigación de los conductistas de los consumidores. Los factores sociales y circunstanciales externos se descuidan por completo a favor de las teorías psicológicas y sociológicas de las elecciones personales y grupales.
Sesgo cultural
Las perspectivas actuales de la investigación del comportamiento del consumidor se forman dentro del contexto de un marco cultural judeocristiano. Los países americanos y occidentales han desarrollado e impulsado la mayor parte de la investigación sobre el comportamiento del consumidor y las perspectivas asociadas, y por lo tanto tienen en sus enfoques. Si bien los sesgos son quizás no intencionados, también son imposibles de separar del trabajo en sí. Esto se ve más comúnmente en la premisa del comportamiento del consumidor en función de la elección individual.
Perspectivas de aprendizaje
Una perspectiva del comportamiento del consumidor implica la idea de que las personas operan en formas determinadas y predecibles de aprendizaje y decisión. Usando estos principios, los teóricos sienten que pueden predecir las elecciones del consumidor a medida que cambian sus variables externas y de situación, como el entorno, las opciones o incluso la hora del día. Estas perspectivas se basan en las teorías conductuales del aprendizaje, el ciclo de vida familiar, las teorías de los roles y la teoría de grupos de referencia. Sin embargo, este enfoque luego reduce el comportamiento del consumidor a la caza de las variables correctas porque asume que las decisiones humanas se toman sobre una serie de principios muy fijos. Los estudios no siempre confirman la validez de esta perspectiva.
Enfoques no secuenciales
Algunos investigadores del comportamiento del consumidor enfocan su trabajo desde la perspectiva de que el comportamiento del consumidor es aleatorio y se deriva de procesos de pensamiento no secuenciales que no son tan fáciles de predecir. De hecho, algunos teóricos creen que los comportamientos pueden derivarse de las decisiones de los consumidores en lugar del supuesto generalizado de que las decisiones se derivan del comportamiento de los consumidores. Sin embargo, esta teoría presenta dificultades porque es muy difícil construir una investigación científica que la respalde adecuadamente. Como resultado, a menudo no es perseguido por académicos y aquellos que buscan derivar estrategias de marketing.