La sensibilidad cultural es la clave del éxito de su empresa en el mercado. A medida que el mundo se vuelve más interconectado y globalizado, la comunicación con empleados, partes interesadas y clientes de diversos orígenes es una habilidad esencial para dominar. Por simple que parezca, la sensibilidad cultural es a menudo difícil de desarrollar. Las personas suelen ser propensas a pensar sobre las cosas de una manera familiar. Ser confrontado con nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas puede representar un desafío. No obstante, la importancia de la sensibilidad cultural en los negocios no puede ser exagerada.
¿Qué es la sensibilidad cultural?
La sensibilidad cultural es ser consciente de que tanto las diferencias culturales como las similitudes culturales existen entre las personas y que estas diferencias y similitudes pueden afectar las actitudes, los comportamientos y los estilos de comunicación. La sensibilidad cultural se usa a menudo como un sinónimo de conciencia cultural, que se refiere a la capacidad de ponerse en el lugar de otro. Ser culturalmente sensible significa poder entender por qué otra persona piensa o experimenta las cosas de manera diferente a usted.
Lo que importa para los negocios
Los propietarios y gerentes de negocios generalmente tienen formas de hacer las cosas: hábitos, costumbres y patrones de comportamiento. En muchos sentidos esto es comprensible. Las políticas y los procesos mantienen un negocio funcionando en el orden correcto. Sin embargo, también es común en el mundo de los negocios encontrarse con personas de diferentes orígenes culturales, religiosos y sociales. Estas personas pueden tener diferentes formas de hacer negocios y de comunicar sus ideas. Lo que puede ser normal o aceptable para un empresario puede parecer contraproducente o inusual para otro. Cuando te comunicas con personas de diferentes orígenes, ser culturalmente sensible te permite conocer sus costumbres y creencias y respetarlas.
Conciencia intercultural
La sensibilidad cultural también es importante cuando se planifican los programas de publicidad intercultural de una empresa y sus tácticas para vender a clientes de diferentes orígenes. En marketing, por ejemplo, la sensibilidad cultural le permite comercializar productos de manera respetuosa con la diversidad. Puede ser relativamente fácil recordar no ofender a los clientes por su raza o etnia, pero otros factores como el género, la orientación sexual, la clase social e incluso la religión son igual de importantes.
La práctica hace la perfección
Se necesita práctica para integrar con éxito la sensibilidad cultural en los negocios. Incluso las personas que tienen una mentalidad bastante abierta y culturalmente conscientes a veces les resulta difícil abrir sus mentes a nuevas ideas. Pensar en la sensibilidad cultural como una cuestión de respeto puede ayudar a construir una apreciación de las diferencias culturales y sociales. Todos quieren sentirse respetados y recordar la vieja máxima, "hacer a los demás lo que usted quiere que le hagan a usted", es quizás la clave más importante para desarrollar y alimentar la sensibilidad cultural.