La disolución del equipo después de que se completa un proyecto a menudo se puede pasar por alto en las discusiones sobre la formación del equipo, pero es un paso esencial. Tomarse un momento para celebrar los logros, examinar qué funcionó dentro del equipo y qué no, y para planificar los próximos pasos individuales, crea oportunidades para el futuro desarrollo individual y de equipo. También fomenta un entorno de formación sostenible de equipos dentro de una empresa. Un gerente puede disolver un equipo en una reunión corta y eficiente que genere aportaciones valiosas para todos los miembros del equipo.
Celebre los logros del equipo. Felicite a los miembros por completar lo que el equipo se propuso hacer y seleccione la contribución de cada miembro para completar la meta. Esto inicia la reunión con una nota positiva y alienta una discusión abierta y positiva durante el resto de la reunión.
Pida a los miembros del equipo que revisen sus contribuciones personales al equipo. Pregúnteles cómo sintieron que sus habilidades se utilizaron bien, o cómo podrían utilizarse más eficazmente en futuros proyectos de equipo.
Genere una discusión sobre los problemas que pueden haber surgido entre los miembros del equipo o la administración. Pregunte cómo se abordaron esos problemas y si puede haber mejores maneras de manejarlos. Esto les da a los empleados un cambio para transmitir cualquier queja no escuchada en un contexto productivo.
Discuta los siguientes pasos para los miembros del equipo. Pregúnteles qué aprendieron del proyecto recientemente completado que llevarán a los proyectos futuros y al desarrollo de proyectos futuros. Pregunte qué tipos de proyectos futuros podrían desarrollarse a partir del proyecto recientemente completado.
