Los sindicatos se formaron en el siglo XIX como respuesta a la explotación salarial y temporal de los trabajadores y las condiciones de trabajo peligrosas. Aunque muchas personas dan por sentado la semana laboral de 40 horas, esta norma se ganó a través de los esfuerzos del sindicato. Muchas personas piensan que los sindicatos ya no son necesarios, pero los descubrimientos recientes del robo de salarios entre trabajadores de bajos salarios indican que muchos de los problemas que provocaron la formación de sindicatos en el siglo XIX siguen siendo temas válidos.
Igualación de potencia
Los sindicatos de trabajadores igualan el poder entre el trabajo y la propiedad. Según David Edward O'Connor y Christopher C. Faille en su libro "Principios económicos básicos: una guía para estudiantes", los sindicatos aumentan el poder del trabajo para estar más a la par con la administración a través de la negociación colectiva y las huelgas. Sin esta igualación de poder, en algunos casos, la propiedad y la administración pueden explotar la desigualdad de poder al reducir los salarios, aumentar las horas de trabajo o forzar a los trabajadores a trabajar en condiciones inseguras.
La negociación colectiva
La negociación colectiva es, de acuerdo con "Principios económicos básicos: una guía para estudiantes", la principal fuente del aumento del poder en el trabajo a través de la sindicalización. Al hablar como uno solo, la mano de obra tiene la capacidad de ralentizar o detener la producción si no se negocia un contrato justo.
Salarios justos
Según Howard Zinn en "Una historia popular de los Estados Unidos", los salarios pre-sindicales eran increíblemente bajos, a menudo demasiado bajos para pagar alimentos básicos y refugio para los trabajadores y sus familias. La sindicalización a menudo condujo, y conduce, a salarios adecuados y más justos.
Lugar de trabajo seguro
Los sindicatos fueron, y con frecuencia siguen siendo, fundamentales en cuestiones de seguridad en el lugar de trabajo. Según "Una historia popular de los Estados Unidos", el Molino de Pemberton se derrumbó en el invierno de 1860, matando a 88 personas. Las situaciones similares fueron uno de los problemas que llevaron a la sindicalización de los trabajadores de las acerías y la reducción de muchos peligros en el lugar de trabajo.
Cumplimiento de las leyes laborales
La sindicalización evita que los empleadores, especialmente los empleadores de trabajadores de bajos salarios, ignoren las leyes laborales y de pago, una ocurrencia común en 2009, según un estudio citado en un artículo del 1 de septiembre de 2009 en el New York Times. De acuerdo con este artículo, el 68 por ciento de los trabajadores de bajos salarios habían experimentado al menos una violación a la ley de empleo relacionada con el salario en la semana anterior, y uno de cada cinco trabajadores informó haber intentado formar un sindicato para forzar el cumplimiento de la legislación laboral. Cuarenta y tres por ciento de los trabajadores de bajos salarios que intentan formar un sindicato informaron represalias ilegales, como despido o suspensión como resultado de los esfuerzos de sindicalización.