Los acuerdos de libre comercio, o TLC, son acuerdos entre dos o más países para reducir las barreras comerciales, como los aranceles y las cuotas de importación. Si bien los acuerdos comerciales hacen que sea más fácil para los países comprar productos entre sí, también pueden causar una serie de problemas graves.
Practicas laborales
Los acuerdos de libre comercio facilitan que las grandes empresas importen productos de países pobres porque las barreras comerciales más bajas les permiten aprovechar los costos de mano de obra barata. El problema es que la mano de obra barata a menudo tiene un alto costo humano.
Después de que Jordan firmara un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos en 2001, por ejemplo, proliferaron las explotaciones en el país, según un informe de 2006 de Los New York Times. Los principales minoristas estadounidenses encargaron prendas de vestir por valor de millones de dólares a Jordania, donde los fabricantes prometieron precios bajos. Mantuvieron esta promesa presuntamente forzando a los empleados a trabajar hasta 20 horas al día, a menudo por menos del salario mínimo establecido por el estado. Sin el acuerdo de libre comercio, es poco probable que los minoristas estadounidenses hayan hecho tantos pedidos en Jordania porque las barreras comerciales habrían hecho que la ropa fuera demasiado cara.
Destrucción ambiental
Los acuerdos de libre comercio pueden causar un inmenso daño ambiental al permitir a las empresas trasladar sus instalaciones de fabricación a países con pocas o ninguna normativa ambiental y al aumentar el acceso a los recursos naturales en esos países. Antes de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte se convirtiera en ley en 1993, había poca demanda de madera o minerales metálicos de México. En un informe de 2014, el Sierra Club afirma que el TLCAN estimuló la creación de operaciones mineras altamente reguladas y altamente destructivas en México que no habrían existido sin el acuerdo comercial.
Pérdida de la industria nacional
Los acuerdos de libre comercio a menudo dañan las industrias nacionales de una nación al exponerlos a la competencia de productores extranjeros con costos más bajos. Por ejemplo, los críticos del TLCAN argumentan que dañó las industrias estadounidenses porque los bajos costos laborales en México permitieron a los fabricantes mexicanos socavar a los productores estadounidenses. El Instituto de Política Económica argumentó que para 2010 el TLCAN había transferido más de 600,000 empleos estadounidenses a México. De manera similar, el Consejo de Asuntos Hemisféricos argumenta que el TLCAN casi destruyó el sector agrícola mexicano al inundar el país con cultivos estadounidenses baratos.
El "Tazón De Fideos"
Aunque los defensores de los acuerdos de libre comercio enfatizan su capacidad para mejorar la eficiencia económica, algunos acuerdos pueden crear redes complejas de regulaciones que perjudican a las empresas. El problema es que cada acuerdo comercial bilateral incluye múltiples regulaciones que definen productos, tasas de impuestos, puntos de origen y otros aspectos del comercio. Las docenas de acuerdos bilaterales diferentes en el mundo crean complejidades legales para compradores y vendedores. Por ejemplo, ¿de dónde proviene una camiseta hecha en Vietnam con algodón cultivado en los Estados Unidos? Según un acuerdo, la respuesta podría ser Vietnam, mientras que otro llamaría a la camiseta estadounidense. Algunos economistas llaman a estas redes o regulaciones enredadas el libre comercio "tazón de fideos" y argumentan que los acuerdos bilaterales hacen más daño que bien.
Según la Global Accounting Alliance, toda esa complejidad agregada puede aumentar los costos de transacción para las empresas, que a menudo tienen que contratar abogados y contadores para navegar por el entorno regulatorio. Los gastos adicionales pueden dar a las grandes empresas una ventaja competitiva sobre las pequeñas empresas, ya que las grandes empresas pueden manejar los mayores gastos generales de litigios y cumplimiento.