En los Estados Unidos, como en la mayoría de las otras economías desarrolladas, los costos laborales son bastante altos. Por lo tanto, muchas empresas con instalaciones en los EE. UU. Encuentran ventajoso trasladar sus fábricas a países como China e India, donde los costos laborales, así como algunas materias primas, son significativamente más baratos. Si bien esta medida puede reducir los costos, también tiene importantes inconvenientes, que deben considerarse cuidadosamente.
Riesgo de cambio
Cuando traes algo del extranjero para vender en el mercado local, estás expuesto a las fluctuaciones de la tasa de cambio. Ya sea que fabrique el artículo que importa en sus propias instalaciones o que lo compre a un proveedor en el país extranjero, no hay diferencia con respecto al riesgo de moneda. Digamos que tienes una instalación en Turquía que fabrica chaquetas de cuero. Las chaquetas te costaron 120 liras turcas para hacer. Cuando 2 liras equivalen a 1 dólar estadounidense, el artículo cuesta $ 60. Si la lira se aprecia de modo que 1.5 liras equivalgan a un dólar, el mismo artículo le costará $ 80. La fabricación en el mismo país donde se venderán los bienes elimina completamente el riesgo cambiario.
Costos en aumento
A medida que más empresas trasladan sus instalaciones a un país en particular, el mercado laboral local de ese país toma nota y los salarios comienzan a subir. Con más empleadores para elegir, los trabajadores comienzan a buscar empleos alternativos y los empleadores se ven obligados a ofrecer salarios más altos para retener el talento. Otros elementos críticos, como la tierra donde se pueden construir fábricas e incluso servicios públicos, se vuelven más valiosos a medida que la demanda de ellos aumenta dramáticamente. Esto inevitablemente resulta en costos más altos para estos artículos, lo que puede anular gran parte de la ventaja de costos que ofrece la ubicación en el extranjero.
Logística
A pesar de los dramáticos avances en la tecnología de la información y el transporte, una fábrica ubicada a miles de kilómetros de distancia todavía presenta enormes desafíos logísticos. Primero, traer productos por barco desde el Atlántico o el Pacífico lleva varias semanas. Como resultado, los pedidos urgentes e imprevistos no se pueden completar tan rápido como sería posible si las instalaciones de fabricación estuvieran a solo unos cientos de kilómetros de distancia. Los problemas de calidad también son más difíciles de resolver, ya que lleva mucho más tiempo enviar ejecutivos para que examinen la planta o recopilen muestras de productos para analizar en sus laboratorios.
Riesgos Políticos
Muchos países en desarrollo tienen paisajes políticos bastante inestables o volátiles que pueden cambiar rápidamente. Cuando un nuevo gobierno asume el control, podría ser más difícil hacer negocios en ese país. Esto puede ir desde imponer nuevas regulaciones a las empresas o elevar los precios de los servicios públicos o los impuestos hasta nacionalizar las instalaciones de producción. En muchos casos es difícil, si no imposible, predecir cómo actuará un nuevo gobierno, lo que dificulta que las empresas tomen contramedidas. De hecho, incluso los desarrollos políticos en rincones del mundo no relacionados pueden impactar los costos. Por ejemplo, una crisis repentina en el Medio Oriente que se traduce en mayores costos del petróleo podría inflar los costos de envío de los productos de la India a los Estados Unidos.