Tanto los avisos como los anuncios buscan informar al público, pero a fines fundamentalmente diferentes. Un aviso se limita a la información pura y objetiva, mientras que un anuncio busca atraer al consumidor a una acción de compra.
Avisos
Los avisos, más conocidos como avisos públicos, suelen aparecer como bloques de texto en publicaciones periódicas impresas o en línea. El texto sirve para transmitir información sobre las acciones del gobierno, las actividades comerciales y los problemas ambientales que afectan la vida de los ciudadanos. Por ejemplo, un concejo municipal puede emitir un aviso público anunciando una audiencia pública sobre si permitir que una empresa se involucre en una actividad potencialmente dañina, como la perforación de petróleo o gas natural en el área. Sobre la base de esa información, los ciudadanos deciden si realizar o no alguna acción en relación con el aviso público.
Anuncios
Los anuncios pretenden convencer a los consumidores para que compren un producto o marca específica. Un anuncio de un restaurante de pizzas de propiedad local, por ejemplo, trata de convencer a los consumidores de que compren su pizza en lugar de una pizza de otro lugar. Los anuncios emplean un lenguaje persuasivo para lanzar el negocio, el producto o el servicio de la manera más favorable y hacerlo más atractivo. Aunque los anuncios no pueden engañar intencionalmente al proporcionar información falsa sobre un producto, reciben una considerable libertad en cuanto a cómo hacer que un producto o servicio sea atractivo. Un anuncio de refrescos, por ejemplo, podría centrarse en el sabor en lugar de llamar la atención sobre sus calorías o contenido de azúcar.