Muchas empresas están buscando formas de administrar sus costos ambientales, o, en otras palabras, reducir su impacto en el medio ambiente. Una de las formas de hacer esto es desarrollar un método para tener en cuenta los costos ambientales. Debido a que los costos ambientales a menudo se llevan a cabo a largo plazo, puede ser difícil calcular su valor presente. Además, no siempre se conocen los impactos de la contaminación, ya que la comprensión científica de la ecología continúa cambiando y expandiéndose.
Emisiones de carbon
Las emisiones de carbono son uno de los costos ambientales más significativos de las operaciones comerciales. Hasta hace poco, las emisiones de carbono no estaban reguladas por la Ley de Aire Limpio, por lo que las empresas tenían pocos incentivos para explicar, y mucho menos reducir, estas emisiones. En los últimos años, sin embargo, tanto los clientes como las empresas se han preocupado por sus emisiones de carbono y han comenzado a desarrollar métodos para reducirlos. Si bien los costos monetarios del cambio climático son muy especulativos, la forma más fácil de explicar los impactos del carbono es calcular la huella de carbono. Las empresas pueden comprar compensaciones de emisiones de carbono para administrar este costo ambiental o, mejor aún, pueden reducirlo a través de la eficiencia energética y las decisiones de suministro. Algunas compañías están comenzando a informar los costos ambientales a los accionistas, consumidores y reguladores para garantizar el cumplimiento de las leyes ambientales y hacer un seguimiento del progreso de sus compromisos ambientales.
Eficiencia de Cumplimiento
Un aspecto de la gestión de costos ambientales es la reducción de los costos asociados con el cumplimiento normativo. Al integrar la contabilidad y gestión de costos ambientales en un plan de negocios, las empresas pueden satisfacer más fácilmente las necesidades de los reguladores ambientales. Debido a que la administración de costos ambientales se planifica inicialmente, en lugar de más tarde, las empresas también pueden evitar la introducción de riesgos en su estrategia comercial mediante la regulación futura de los costos ambientales. Esto hace que su operación sea más resistente a las tendencias regulatorias a largo plazo, al tiempo que ayuda a reducir los costos ambientales en que incurren con el tiempo.
Eficiencia energética
La eficiencia energética es uno de los elementos más importantes de la gestión de costes medioambientales. Debido a que las emisiones de carbono son un costo ambiental significativo creado por las empresas, los esfuerzos para diversificar su cartera de energía o la práctica de conservación pueden ser estrategias efectivas para manejar su impacto ambiental a largo plazo. Esto se puede hacer de varias maneras, incluida la instalación de tecnología de energía renovable en el lugar o la adhesión a los principios de arquitectura ecológica en la expansión y construcción de instalaciones. El plan individual desarrollado por una empresa debe tener en cuenta su estrategia comercial y reconocer las limitaciones del cambiante mercado de la energía.
Evaluación de costos desde la cuna hasta la tumba
La gestión de costos ambientales generalmente requiere la contabilidad de todos los costos ambientales creados por un producto, tanto en su fabricación y distribución como en su uso y eliminación. Obviamente, la evaluación del ciclo de vida no será apropiada para todos los modelos de negocios. Sin embargo, cada vez más se exige a las empresas industriales que rindan cuentas de sus costos ambientales mucho más allá del punto de venta por parte de la regulación gubernamental. Además, las empresas que ofrecen el reciclaje de sus productos pueden generar una evaluación más precisa de los posibles desechos generados cuando se desecha su producto y pueden desarrollar estrategias para administrar estos costos en el diseño y los materiales del producto.
Contabilidad de Gestión Ambiental Monetaria
Si bien muchas compañías dan cuenta de los costos ambientales con métricas físicas, por ejemplo, el tonelaje de las emisiones anuales de carbono o los residuos sólidos, otras prefieren contabilizar los costos ambientales con un monto en dólares. Un método para hacer esto es considerar el costo de compensar o secuestrar toda la contaminación existente. El secuestro es esencialmente la negación de los residuos: por ejemplo, con las emisiones de carbono, el secuestro puede significar el almacenamiento de las emisiones en forma líquida de manera que no se liberen a la atmósfera. De manera similar, los desechos sólidos pueden contabilizarse calculando el costo de convertirlos de nuevo en materias primas o recursos utilizables. En la mayoría de los casos, estos costos son exorbitantes, pero su cálculo les permite a las compañías establecer metas para su reducción al inicio del proceso de ingreso a través de la eficiencia de energía y recursos o al eliminar o rediseñar productos que necesariamente generan desechos.