En la gestión estratégica, existen objetivos estratégicos y objetivos financieros. Además, todos los objetivos son de corto o largo plazo. Al planificar la estrategia de una empresa, es importante tener objetivos en mente y entender las diferencias entre los tipos de objetivos.
Objetivos estratégicos
Los objetivos estratégicos tratan con la posición de la empresa en el modelo. Puede hacer esto, por ejemplo, posicionando a la empresa en relación con las fuerzas externas (poder de negociación de los clientes, poder de negociación de los proveedores, amenaza de nuevos operadores, amenaza de sustitutos y competencia dentro de la industria) que pueden afectar a un negocio. Los objetivos estratégicos pueden incluir ampliar la participación en el mercado, cambiar la posición en el mercado o reducir los costos de un competidor.
Objetivos financieros
Los gerentes usan objetivos financieros para medir el desempeño estratégico. Por ejemplo, si el objetivo estratégico de la empresa es aumentar la eficiencia, el objetivo financiero podría ser aumentar el rendimiento de los activos o el rendimiento del capital. Los objetivos financieros, derivados de la contabilidad de gestión, son más concretos.
Objetivos a corto plazo
Los objetivos financieros y estratégicos pueden ser objetivos a corto o largo plazo. Los objetivos a corto plazo se ocupan del futuro inmediato. Por lo general, se enfocan en objetivos tangibles que la administración puede alcanzar en poco tiempo. Un ejemplo de un objetivo a corto plazo podría ser aumentar las ventas mensuales.
Objetivos a largo plazo
Los objetivos a largo plazo apuntan a la posición a largo plazo de la empresa. Si bien los objetivos a corto plazo se centran en el desempeño anual o mensual de una empresa, los objetivos a largo plazo se centran en el desarrollo de la empresa durante varios años. Ejemplos de objetivos a largo plazo podrían ser convertirse en el líder del mercado o lograr un crecimiento sostenible.