La gestión estratégica es un enfoque a largo plazo para hacer crecer un negocio, que requiere una planificación cuidadosa que establezca objetivos macro y micro para una empresa. Si bien las estrategias a largo plazo pueden ayudar a una pequeña empresa a tomar medidas más proactivas para aumentar sus ganancias, la administración de estas estrategias también puede detener la capacidad de un empresario para aprovechar las oportunidades a corto plazo.
Debe ser inclusivo
Para que funcionen muchos planes estratégicos, todas las áreas de una empresa deben comprender los objetivos estratégicos y operar juntos para lograrlos. Esto significa que las diferentes funciones o departamentos, como marketing, producción, tecnología de la información y recursos humanos, deben ser informados sobre las estrategias generales de la empresa y desarrollar sus propias estrategias y tácticas departamentales para contribuir a los objetivos. Cada área también debe tomar medidas para asegurarse de que sus acciones no interfieran con ninguna otra área.
Ralentiza el tiempo de reacción
Debido a la integración de diferentes departamentos en un plan estratégico, es posible que las diferentes funciones necesiten obtener la aprobación o confirmación de otras funciones antes de que puedan actuar. Por ejemplo, un gerente de producción podría querer cambiar una característica del producto que está causando desaceleraciones en la producción y mayores costos de producción. Sin embargo, no importa lo beneficioso que pueda parecer el cambio, el gerente de producción debe consultar con el departamento de marketing para asegurarse de que la función no sea algo que los clientes necesiten o deseen. Si la mercadotecnia desea realizar un cambio en un producto, es posible que deba obtener la aprobación de las finanzas si la compañía tiene un plan estratégico con respecto a los márgenes de ganancia y el retorno de la inversión para sus productos. Esta necesidad de una administración estratégica continua puede minar el tiempo de los gerentes clave y demorar su capacidad de reacción ante las oportunidades. Esto puede ser doblemente peligroso si disminuye la capacidad de la compañía para reaccionar ante una amenaza, como un nuevo competidor.
Opciones de límites
Los propietarios de pequeñas empresas a menudo tienen oportunidades a corto plazo para ganar dinero que podría no encajar en un plan estratégico global. Por ejemplo, un restaurante local podría aprovechar una convención de tecnología que está en la ciudad al colocar un cartel de bienvenida para los asistentes o publicar anuncios en los periódicos locales que ofrecen un descuento. Esto podría invitar a un público objetivo relativamente joven a venir al restaurante.Si el restaurante tiene una estrategia a largo plazo de tratar de promocionarse como un restaurante para personas mayores y personas de edad media que viven en la calle, esta táctica de marketing podría confundir su marca. El restaurante tendría que renunciar a esta oportunidad de ganar dinero fácilmente para administrar su estrategia de marca estratégica. Si una empresa tiene una estrategia de obtener un retorno de la inversión específico o un porcentaje de margen de beneficio en los productos, es posible que deba renunciar a las oportunidades de ventas que no cumplan con los objetivos financieros estratégicos que la empresa ha establecido.
Requiere experiencia
La planificación estratégica incluye objetivos tales como expansión, diversificación, cambio de marca, fusiones y adquisiciones y mejora del reclutamiento y retención de empleados. Esto requiere el conocimiento de estas áreas y la capacidad de administrar estas estrategias y las tácticas necesarias para lograrlas. El hecho de que una empresa arme un plan estratégico sólido, como la expansión, no significa que el personal pueda administrar la estrategia. Por ejemplo, el propietario de una pequeña empresa y sus gerentes clave podrían decidir aumentar las ventas agregando nuevos productos a la línea de la compañía. El equipo debe poder elegir los productos correctos, teniendo en cuenta las capacidades de la empresa en el área de producción, comercialización, distribución, flujo de efectivo, administración de ganancias y administración laboral.