Las empresas enfrentan decisiones sobre riesgos casi todos los días. Desde la compra de equipos hasta las nuevas contrataciones y las adquisiciones y cierres, cada decisión comercial conlleva un elemento de riesgo. El aspecto clave de tomar las decisiones comerciales correctas proviene de determinar el equilibrio entre riesgo y recompensa. Las empresas que se exponen a altos riesgos con recompensas mínimas pueden apostarse a sí mismas fuera del negocio. En el otro extremo, las empresas que juegan demasiado seguro pueden perder las oportunidades de crecimiento que necesitan para sobrevivir y prosperar en un mercado competitivo.
Identificando Riesgos
Antes de que una empresa pueda tomar una decisión sobre los riesgos, la empresa debe identificar esos riesgos. Las fuentes de estos riesgos pueden ser externas, como eventos climáticos o fluctuaciones del mercado, o pueden ser internas, como adquisiciones de capital y gastos de capacitación. Las compañías deben identificar dónde pueden ocurrir esos riesgos, las condiciones que pueden hacer realidad esos riesgos y el daño potencial al negocio por ignorar esos riesgos.
Priorizando Riesgos
Al identificar los riesgos, las empresas también deben determinar la probabilidad de que esos riesgos ocurran. Las empresas que enfrentan riesgos que conllevan graves consecuencias y una alta probabilidad de ocurrir deben protegerse contra esos riesgos primero. Una empresa con sede en un desierto tiene menos probabilidades de lidiar con las condiciones de la ventisca como un riesgo comercial que una en un lugar donde hay nevadas todos los inviernos, por lo que la empresa no centrará sus esfuerzos de toma de decisiones en manejar ese riesgo.
Estrategias de desarrollo
Otro aspecto del proceso de toma de decisiones reside en el desarrollo de un plan estratégico. Este plan puede brindar a las empresas las herramientas que necesitan para prevenir los riesgos que pueden evitar y reducir el daño de aquellos que no pueden detener. Un plan estratégico también evita que los dueños de negocios se vean sorprendidos por las consecuencias de los riesgos previsibles. Esta preparación facilita gran parte del proceso de toma de decisiones y brinda a los propietarios de negocios las herramientas que necesitan para hacer las llamadas correctas.
Medición del progreso
Cuando los riesgos potenciales se convierten en hechos no deseados, las empresas también deben medir y evaluar sus procesos de toma de decisiones. Los dueños de negocios deben medir la efectividad de sus métodos, aprender dónde se cometieron errores y adaptar sus tácticas según sea necesario. A medida que cambien las condiciones del mercado, las regulaciones legales, las innovaciones tecnológicas y los gustos de los clientes, surgirán inevitablemente nuevos riesgos. Estos cambios requieren que la empresa identifique y priorice estos nuevos riesgos, desarrolle nuevas estrategias y reevalúe las fortalezas y debilidades de estos nuevos procesos.