En un mundo perfecto, el antiguo mantra empresarial "El cliente es el rey" se aplicaría a cualquier industria y mercado. Sin embargo, esto rara vez sucede. La publicidad falsa, la facturación engañosa, el uso indebido de datos personales y otras prácticas comerciales desleales están muy extendidas. En la era hiperconectada de hoy, los clientes exigen transparencia. Más del 75 por ciento de los compradores dicen que no confían en la precisión de las etiquetas de los alimentos. Aproximadamente el 37 por ciento cambiaría las marcas a favor de las que brindan más información sobre sus productos y servicios. Si desea que su negocio prospere, la protección del consumidor debe aparecer primero en su lista.
Publicidad falsa
Como propietario de un negocio, es su responsabilidad evitar hacer reclamos engañosos. Esta práctica puede dañar tu reputación y tu imagen de marca. Muchas empresas promueven productos mediocres utilizando afirmaciones como "resultados garantizados" o "científicamente comprobados". En 2016, Volkswagen fue demandado por reclamos de combustible diesel falso y limpio. Red Bull tuvo que pagar $ 13 millones en 2014 por su famoso eslogan de que Red Bull te da alas. Esta afirmación implica que la bebida mejora la velocidad de reacción y el enfoque mental, que carece de pruebas científicas.
En 2013, Kellogg recibió una multa de 4 millones de dólares por decir que el cereal Mini-Wheats aumenta la memoria, la atención y la función cognitiva de los niños, y un año después, Walmart tuvo que pagar multas de 66.000 dólares después de anunciar falsamente el precio de Coca Cola en Nueva York. Las prácticas comerciales injustas como éstas pretenden atraer a los clientes para que compren productos, pero a menudo conllevan juicios costosos, pérdidas de ingresos e incluso quiebras.
Cebo y el interruptor
Esta práctica común involucra la publicidad de productos específicos a un precio atractivo, luego, cuando los clientes deciden comprar, se les dice que los productos ya no están disponibles pero que se pueden comprar otros productos similares más caros. Por ejemplo, los corredores de bienes raíces suelen anunciar tasas hipotecarias extremadamente bajas, sabiendo que la mayoría de los clientes no podrán calificar para esas tasas. En su lugar, a los solicitantes se les ofrecen tarifas más altas una vez que ingresan a la oficina del corredor para obtener más información.
Precios engañosos
Los precios engañosos son una forma común de publicidad falsa. Por ejemplo, muchas tiendas aumentan los precios de los productos antes de lanzar una oferta especial que realmente hace que el precio vuelva a la normalidad. Otro ejemplo es anunciar un artículo específico como gratuito, pero omitir el hecho de que los clientes tienen que comprar un producto más caro para calificar.
Facturación engañosa
Desde marcas populares hasta pequeñas empresas, muchas empresas utilizan prácticas de facturación agresivas y engañosas para explotar a sus clientes. Algunos agregan tarifas ocultas al precio inicial de un producto específico. Otros cobran tarifas más altas una vez que el cliente decide comprar, alegando que el precio de venta está desactualizado. Por ejemplo, en 2014, AT&T pagó $ 105 millones por sus prácticas de facturación engañosas. La popular compañía de telecomunicaciones estaba facturando a los clientes por cargos no autorizados y se negó a emitir reembolsos completos.
Mal uso de los datos del cliente
Más de la mitad de los clientes ya no se sienten cómodos compartiendo sus datos con marcas que han estado vendiendo o haciendo mal uso de su información personal sin su consentimiento. Hasta el 78 por ciento dice que sus decisiones de compra están influenciadas por la forma en que las empresas manejan los datos personales. Por ejemplo, muchas organizaciones recopilan datos de clientes como parte de sus campañas de correo electrónico. Posteriormente, venden esos datos a terceros o los utilizan para otros fines que no sean el servicio solicitado.
El Reglamento general de protección de datos de la UE refuerza las leyes de protección de datos y privacidad para todas las personas dentro de la Unión Europea, y las compañías internacionales que manejan los datos de los clientes de la UE también deben cumplir con las normas. El objetivo final es aumentar la protección del cliente y la seguridad de los datos a nivel internacional.
Firmando lejos el derecho a demandar
Muchas veces, los clientes son víctimas de prácticas comerciales desleales que anulan sus derechos de demandar a una empresa en caso de que algo salga mal. Las agencias de crédito, por ejemplo, a menudo ofrecen préstamos de día de pago o crédito con tasas de interés enormes, y si los clientes no pueden pagar a tiempo, pueden terminar perdiendo sus hogares y ahorros.
Estas son solo algunas de las prácticas comerciales desleales que utilizan las empresas de todo el mundo. La lista continúa: trabajo de mala calidad, sorteos falsos, falta de entrega de compras en línea, cobro abusivo de deudas y mucho más. Si le importa su reputación, evite estas prácticas a toda costa. En una era centrada en el consumidor, la transparencia es primordial.