Los propietarios generalmente desarrollan las políticas de fumar para sus casas y apartamentos de alquiler e incorporan la política en el documento de arrendamiento por escrito. Todos los inquilinos deben aceptar la política firmando el contrato de arrendamiento antes de mudarse a la unidad de alquiler. Si no está seguro de cuál es la mejor manera de crear y hacer cumplir una política de fumar, obtenga asesoría legal para asegurarse de que el contrato de arrendamiento indique claramente lo que está permitido. Además, asegúrese de que su política se adhiere a las leyes estatales y locales pertinentes.
Desarrollar la política
Aunque suene bastante simple, un buen primer paso es definir el hábito de fumar. Una definición típica de fumar incluye inhalar, exhalar o quemar cualquier producto de tabaco con luz. Indique claramente en el contrato de arrendamiento si está prohibido fumar en unidades individuales, en áreas comunes compartidas por todos los inquilinos, como vestíbulos o áreas de piscinas, o en ambos, o si está prohibido en toda la propiedad, tanto dentro como fuera. Si elige designar un área para fumar, especifique dónde estará. Por ejemplo, podría decir que solo se permite fumar afuera a por lo menos 25 pies de distancia de cualquier puerta, ventana o pasarela. Indique si la política de no fumar se aplica a todos los inquilinos, huéspedes y visitantes. Indique claramente la consecuencia si un inquilino rompe la política de no fumar. Por ejemplo, podría decir que los inquilinos deben pagar la limpieza y el mantenimiento necesarios para que la unidad se encuentre en condiciones de alquiler. Incorporar la política de no fumar en el contrato de arrendamiento.
