Fuerza y ​​debilidad del liderazgo

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Anonim

Desde chefs hasta directores ejecutivos, las empresas dependen de sus líderes para establecer el tono de su organización. Un liderazgo fuerte hace que su negocio avance. Un liderazgo débil puede socavar los objetivos que su empresa está tratando de lograr. Cada líder tiene áreas de fortaleza y debilidad. Al observar diferentes aspectos de su liderazgo, puede evaluar su desempeño, desarrollar sus fortalezas y trabajar para mejorar las áreas de debilidad.

Creando una visión clara

Como líder, su visión impulsa su negocio. Los líderes fuertes tienen una visión clara ya largo plazo de su negocio y sus objetivos. Esto te mantiene a ti y a tus empleados concentrados en lo que es importante. Cuando te topas con problemas, puedes evaluar cómo avanzar en función de lo que es mejor para tu negocio. Por ejemplo, si está trabajando en un edificio y descubre que los materiales que necesita no van a llegar a tiempo, podría responder de varias maneras. Puede transmitir el retraso de la programación a su cliente o tratar de encontrar otro proveedor. Su respuesta depende de las relaciones involucradas y de cómo esas relaciones impactan su negocio ahora y en el futuro.

Si tiene una debilidad en lo que respecta al pensamiento estratégico, es posible que se quede atascado en los detalles del día a día. Es posible que no tenga un plan completamente pensado para el lugar en el que desea que su negocio esté dentro de cinco o diez años en el futuro. Puede remediar esto sentándose y creando una visión clara con objetivos concretos para su negocio en un año, cinco años e incluso dentro de 10 años. Utilice esta visión para informar sus decisiones y comunicárselas a sus empleados para que todos trabajen hacia un objetivo común.

Construyendo relaciones fuertes

Los líderes fuertes construyen relaciones de calidad con empleados, colegas y clientes. Usted confía y capacita a sus empleados para hacer su trabajo y completar tareas. Usted proporciona comentarios positivos cuando un empleado se desempeña bien y recibe entrenamiento cuando ve un área en la que el empleado tiene dificultades. Respetas a tus colegas y gerentes y te comunicas claramente con los clientes. Si hay problemas o dificultades para completar el trabajo para el cliente, debe informarles lo que está sucediendo y brindar soluciones.

Si establecer relaciones es un área de debilidad, es posible que tenga problemas para dar retroalimentación constructiva a los empleados. Puede concentrarse en los aspectos negativos o en el microgestión de sus empleados, lo que puede llevar a una baja moral. Por otro lado, es posible que te preocupe que te gusten, por lo que puedes dudar en dar una respuesta. Puede descartar comentarios de colegas o gerentes. Cuando se trata de clientes, es posible que no se comunique con regularidad, lo que lo pone en la posición de solo ponerse en contacto con ellos cuando hay malas noticias en lugar de establecer una relación continua.

Ejecución eficiente del trabajo

Ejecución significa hacer las cosas. Puede depender de un líder fuerte para lograr las cosas. Estás motivado por los resultados y estás comprometido con el logro de esos resultados. No tiene miedo de ser responsabilizado y también responsabiliza a los que lo rodean. En un entorno de ventas, por ejemplo, puede ser responsable de aportar una cantidad determinada de ingresos. Mantiene ese objetivo en mente y motiva a sus empleados para que cumplan ese objetivo. O lo logras o, en los pocos casos en que te quedas corto, tienes un plan para lograr ese objetivo en tu próxima oportunidad.

Si tu ejecución es débil, pierdes credibilidad como líder. La gente confía en ti para obtener resultados, después de todo. Puede ser una cuestión de delegar algunas de sus responsabilidades a un miembro del equipo para que pueda mantenerse enfocado en sus metas. Si tiene miembros del equipo que están teniendo dificultades, es posible que deba intervenir y entrenarlos.

Tomando el tiempo para reflexionar

Cuando está administrando un negocio, puede ser difícil tomarse un tiempo para reflexionar. Esto es fundamental para comprender sus propias fortalezas y debilidades. Si no está seguro de cuáles son sus áreas de debilidad, solicite comentarios a un colega o gerente de confianza. También puede buscar asesoramiento o terapia profesional para ayudarlo a evaluar cómo se desempeña como líder. Ya sea por su cuenta o con la ayuda de alguien de confianza, cree un plan para enfrentar sus debilidades y mejorar sus fortalezas.