Con la globalización y los avances logrados con las computadoras, el campo de las relaciones industriales se ha vuelto muy complejo. Pero cuando eliminas todo eso, aún tienes los actores básicos: la industria, el trabajo y el gobierno de cualquier país que sea el hogar de esa empresa. Y los objetivos, aunque más complejos también, son los mismos que en los albores de la Revolución Industrial: el mantenimiento de buenas relaciones entre los trabajadores y la administración.
Los empleadores
Con pocas excepciones, los empleadores pueden contratar y despedir trabajadores. También pueden adaptarse a las últimas tecnologías sin la aprobación de los trabajadores, aunque esto puede resultar en una disminución de la fuerza laboral. También puede consolidar su operación en otra entidad, reubicarse y fusionarse con otras sin la aprobación del personal.
Labor
La fuerza laboral siempre debe buscar mejoras en sus condiciones de trabajo y los términos de su empleo. En la medida de lo posible, tienen el poder de compartir decisiones con la gerencia, así como de dar a conocer sus quejas. También pueden formar uniones para representarlos. Esos sindicatos tienen la aprobación tácita de los trabajadores que iguala el campo de juego en sus negociaciones.
Gobierno
Cada gobierno estatal y federal tiene leyes laborales que afectan tanto a la gerencia como a los trabajadores dentro de su jurisdicción. Cada uno de ellos regula la relación entre el trabajo y la administración y promulga leyes que apoyan la unidad entre las dos partes. En los Estados Unidos, existe la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) que media las disputas entre el trabajo y la administración.
Posiciones Adversariales Inherentes
Siempre habrá puntos de vista conflictivos entre la gerencia y sus trabajadores. Primero, la gerencia está motivada por la ganancia y los trabajadores por la ganancia social. Además, las agendas de los trabajadores y los sindicatos a menudo están en desacuerdo, lo que crea mayores dificultades para la administración, ya que trabaja para una relación satisfactoria.