El efecto de un presupuesto desequilibrado se discute acaloradamente con muchos críticos del déficit federal en todos los lados del espectro ideológico. Ha demostrado ser políticamente rentable para los políticos atacar un presupuesto desequilibrado. A pesar de este hecho, también hay muchos defensores de mantener un presupuesto desequilibrado. Esta posición tiene muchos defensores muy famosos entre los economistas y una larga trayectoria de debate. Hay ventajas a la deuda.
Keynesianismo
El economista que más famoso abogó por mantener un presupuesto desequilibrado fue el teórico británico John Maynard Keynes. Keynes argumentó que un gobierno debería administrar el ciclo económico mediante el gasto en déficits durante las recesiones para estimular la demanda. Un presupuesto desequilibrado proporciona ventajas significativas en este escenario, ya que un gobierno puede impactar directamente en la economía de manera positiva y ayudar a prevenir los peores efectos del ciclo económico.
Lado de la oferta
Muchos defensores conservadores durante la Administración Reagan llegaron a su propia modificación del keynesianismo al defender los recortes de impuestos que conducirían a un presupuesto desequilibrado. Según este entendimiento, que fue etiquetado como "lado de la oferta", el gobierno eventualmente recibirá un aumento de los ingresos al reducir realmente la tasa impositiva. En el corto plazo, los ingresos se reducirán dando lugar a un presupuesto desequilibrado, pero a largo plazo este presupuesto desequilibrado dará lugar a excedentes de la prosperidad.
Morir de hambre a la bestia
Otro argumento para un presupuesto desequilibrado que se adelantó por primera vez durante la administración del presidente Reagan fue la noción de "matar de hambre a la bestia". Según este entendimiento, el estado de bienestar federal solo se reduciría si enfrentara un grave déficit de financiación. Un presupuesto desequilibrado en el corto plazo sería un estímulo para una estrategia más responsable de gasto y financiamiento del gobierno en el largo plazo y quizás menos interferencia del gobierno.
Consecuencias políticas
Las consecuencias políticas de tener un presupuesto desequilibrado pueden presentar ventajas significativas para la sociedad en general. Los políticos y la clase política en general en respuesta a la impopularidad de un presupuesto desequilibrado pueden sentir la necesidad de reinar en una política gubernamental demasiado agresiva y de ser más prudentes en sus decisiones presupuestarias. Además, muchos ciudadanos desapegados pueden sentir la necesidad de participar en el proceso político debido a un presupuesto desequilibrado.