Las empresas que consideran horarios flexibles, como las semanas laborales comprimidas, deben considerar todos los pros y los contras antes de implementar nuevas políticas. Aunque hay ventajas en las semanas laborales más cortas, la experiencia también ha demostrado una serie de desventajas. Comprender y prepararse para estos problemas le permite a cada empleador determinar si las semanas de cuatro días son apropiadas y prepararse para cualquier desafío con anticipación.
Fatiga y seguridad
Los empleados que trabajan cuatro días de 10 horas se agotan más que los que trabajan cinco días de ocho horas. El Centro Canadiense de Salud y Seguridad Ocupacional informa que muchos trabajadores se fatigan más cuando se los asigna a jornadas laborales prolongadas. El aumento de la fatiga reduce la moral y el rendimiento de los empleados y puede poner en peligro la seguridad de los trabajadores.
Menor productividad
Algunos trabajadores en jornadas laborales prolongadas pueden tener un ritmo diferente al de los trabajadores en los turnos tradicionales. Otros empleados pueden disminuir la velocidad al final del día a medida que aumenta la fatiga. La mayoría de los trabajadores en las semanas de cuatro días necesitan más descansos o descansos más largos. Estos factores pueden significar que se realiza menos trabajo en una semana en comparación con un turno tradicional.
Compromisos familiares
Aunque muchos trabajadores creen que una semana laboral comprimida les permite equilibrar mejor el trabajo y la familia, la verdad puede resultar de otra manera. Después de agregar el tiempo de viaje, los trabajadores pueden encontrar que el día de trabajo extendido les da poco tiempo para pasar con sus familias en las noches. Llegan a casa con el tiempo suficiente para comer, dormir y levantarse para otro día de trabajo.
Costos de cuidado de niños
Los servicios de cuidado infantil están configurados para los horarios de trabajo tradicionales y encontrar cobertura para las horas de trabajo extendidas puede ser difícil. Las horas adicionales generalmente se facturan a una tasa más alta, lo que aumenta los gastos de los empleados.
Servicio al cliente
Aunque los empleados pueden trabajar semanas de cuatro días, la mayoría de las empresas no pueden funcionar en el mismo horario. Tratar de mantener un negocio abierto en un horario de cinco días o de siete días con los empleados en turnos de cuatro días deja ciertos períodos de tiempo insuficientes. Esto frustra a los clientes. La necesidad de cubrir todos los turnos a menudo hace que las semanas de cuatro días sean menos flexibles que un horario tradicional.
Comunicación interna
Cuando todos los empleados trabajan las mismas horas, es fácil organizar reuniones o discusiones entre los empleados. Cuando todos trabajan en horarios flexibles, es más difícil encontrar un horario en el que todos estén disponibles. Algunos empleadores requieren ciertos días comunes en todos los turnos, pero esto simplemente obliga a que esos días se dediquen a reuniones y puede socavar la productividad.
Vacaciones y vacaciones
Los empleadores generalmente pagan el reembolso de vacaciones en ocho horas, lo que requiere que los empleados en días de trabajo prolongados utilicen su pago de vacaciones para compensar. Algunos empleados se vuelven infelices cuando se les obliga a usar sus vacaciones de esta manera. Las vacaciones programadas para las vacaciones exacerban el problema de mantener el personal mínimo cada día.