La gestión de conflictos no es lo mismo que la resolución de conflictos. El conflicto se deriva de un desacuerdo entre dos o más personas, por lo que para resolver el conflicto por completo, una o más de ellas deben cambiar sus puntos de vista. Sin embargo, puede trabajar en la gestión de conflictos mediante una mejor comunicación. En el mundo de los negocios o en una relación personal como el matrimonio, la comunicación puede ayudarlo a comprender la fuente del conflicto y abordar las necesidades y opiniones de todas las partes involucradas.
Crea un ambiente sano que fomente la comunicación. Exprese su disposición a escuchar y considerar comentarios y críticas. En una relación empleador-empleado, cree políticas para garantizar que los empleados puedan expresar sus preocupaciones sin temor a represalias.
Establecer reglas para la comunicación. Deje en claro que no tolerará el lenguaje abusivo ni los ataques personales.
Indique sus puntos de vista, problemas y expectativas de forma clara y específica. No digas simplemente: "Necesitas trabajar más duro". Explique exactamente qué está mal y cómo deben hacerse las cosas.
Utilice "I declaraciones". No digas: "Me haces enojar". Diga: "Cuando haces esto de esa manera, me siento enojado". Las "declaraciones" le permiten expresar sus sentimientos y examinar el problema específico sin poner a la otra persona a la defensiva.
Dirigir comportamientos, no personalidades. Por ejemplo, no acuses a alguien de ser demasiado egocéntrico; Dígale que usted o su departamento necesitan su ayuda y apoyo. Las personas están más abiertas a sugerencias sobre su comportamiento que los ataques a sus rasgos de personalidad.
Escucha lo que otras personas tienen que decir. Responda a sus comentarios o quejas con preguntas o pensamientos específicos. No es suficiente escuchar solo a menos que la gente realmente crea que estás escuchando y que realmente hará algo para resolver el conflicto.
Preste atención a los cambios en las interacciones interpersonales, para que pueda abordar el conflicto incluso si otras personas no se comunican. Por ejemplo, si alguien que normalmente se expresa a sí mismo fácilmente se queda callado, puede haber un problema que le resulte incómodo abordar. Inicia la comunicación por ti mismo si sientes un posible conflicto.
Involucre a un tercero si es necesario, como un mediador o un consejero de relaciones. Un tercero capacitado en el manejo de conflictos puede ayudarlo a examinar los problemas desde una nueva perspectiva, y las personas involucradas en el conflicto pueden estar más abiertas a las sugerencias de una voz externa.