La gestión de calidad total (TQM) es una disciplina utilizada para administrar un negocio de manera efectiva y eficiente. Este enfoque proviene de Japón y se usa comúnmente en empresas de todo el mundo hoy en día. La gestión de calidad total se compone de varias características, como la calidad orientada al cliente y el liderazgo de la alta dirección.
Prevención
La prevención es uno de los aspectos principales de la gestión de la calidad total. La idea detrás de esto es que es mucho más eficiente prevenir productos defectuosos que regresar y repararlos más tarde. Al implementar la gestión total de la calidad en un negocio, deberá dedicar tiempo a examinar su proceso de producción. Si no produce productos, puede evitar problemas si dedica tiempo adicional al inicio y analiza su modelo de negocio.
Liderazgo
La gestión de la calidad total depende del liderazgo positivo de la alta dirección. La gestión de la calidad total es una disciplina que solo funciona cuando toda la empresa la adopta. Esto significa que la alta gerencia de la empresa debe incorporar los principios de la gestión de la calidad total si quieren que funcione. Liderar con el ejemplo es uno de los componentes clave de la gestión de la calidad total. Por ejemplo, si desea que sus empleados eviten hacer llamadas telefónicas personales, debe hacer lo mismo. Los gerentes no pueden esperar que los empleados sigan las reglas que no están dispuestos a seguir ellos mismos.
La satisfacción del cliente
Otro aspecto importante de la gestión total de la calidad es la satisfacción del cliente. Toda actividad en la que una empresa se involucra debe ser con el cliente en mente. Para que este proceso funcione, debe poner al cliente primero en todos los aspectos de su negocio. Al desarrollar productos, debe mirarlos a través de los ojos de sus clientes. Descubra cómo sus productos y servicios pueden ayudar a sus clientes y, en última instancia, tendrá más éxito como empresa. Las compañías que utilizan la gestión de calidad total regularmente verifican con los clientes para medir sus niveles de satisfacción a través de encuestas y otros medios.
Adaptabilidad
Otro componente clave de la gestión total de la calidad es la adaptabilidad. Cualquier negocio que practique esta disciplina de gestión tiene que ser capaz de adaptarse al mercado cambiante. Cada mercado de productos cambia rápidamente, y debe poder cambiar sus prácticas comerciales para mantenerse al día. Si no puede cambiar su modelo de negocio de manera proactiva mientras se adhiere a sus objetivos principales, inevitablemente saldrá del negocio. Debe poder adaptarse para poder satisfacer las necesidades del cliente con regularidad.