Colectivismo vs individualismo en el lugar de trabajo

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Anonim

Algunas organizaciones alientan a los empleados a ser ellos mismos y pensar independientemente. Otros enfatizan el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales. Las personas que viven en los Estados Unidos, por ejemplo, aprenden a ser autosuficientes y a tomar decisiones por su cuenta. Este enfoque se conoce como individualismo. En contraste, las culturas asiáticas enfatizan la cooperación y ven a las personas como grupos en lugar de individuos distintos, lo que se conoce como colectivismo. Como propietario de un negocio, es su responsabilidad decidir qué enfoque desea implementar para la cultura del lugar de trabajo.

¿Qué es el individualismo organizacional?

Los empleados son el elemento vital de su empresa. Si es como la mayoría de los dueños de negocios, desea crear equipos de alto rendimiento y una cultura organizacional que se alinee con su visión y sus objetivos. Por lo tanto, es importante asegurarse de que sus empleados participen en el lugar de trabajo, se comuniquen bien y se sientan apreciados por sus esfuerzos.

Algunas personas prefieren trabajar solas, tomar decisiones por su cuenta y sobresalir en sus responsabilidades. Tienden a tener opiniones firmes y sus logros son reconocidos por los superiores. Estas personas a menudo son referidas como individualistas.

Las organizaciones que adoptan valores individualistas reconocen a los empleados por sus habilidades únicas en lugar de recompensar los esfuerzos del grupo. Según una encuesta realizada por Mercer, cada vez más empleados quieren ser vistos como individuos y quieren ser respetados por sus personalidades y talentos distintivos. Hoy en día, esta filosofía prevalece en todos los aspectos de nuestra sociedad. Ser padre soltero, viajar solo o vivir solo ya no es un tabú.

Una cultura individualista en el lugar de trabajo promueve la creatividad y la innovación, aumenta el compromiso de los empleados y motiva a las personas a hacer lo mejor. Los empleados están orgullosos de sus logros y se esfuerzan por lograr el máximo rendimiento, sabiendo que sus esfuerzos serán apreciados.

¿De qué se trata el colectivismo?

Mire cualquier periódico o bolsa de trabajo y verá compañías que buscan empleados que son excelentes jugadores de equipo y disfrutan trabajando como parte de un grupo. Las organizaciones que adoptan una cultura colectivista se centran en el mayor bien de todo el equipo y menos en las habilidades y logros individuales de los empleados. Hacen hincapié en la cooperación y esperan que los trabajadores actúen como miembros de un grupo cohesionado.

Piense en el colectivismo como el grado en que los individuos se ven a sí mismos como miembros de grupos particulares. Considere un gerente de ventas que acaba de firmar un contrato con un cliente importante. Lo más probable es que informe a los superiores que el equipo de ventas hizo un gran trabajo al cerrar el trato, a pesar de que hizo todo por sí mismo. Todo el equipo será recompensado y recibirá el debido reconocimiento. Así es como se ve una cultura colectivista.

En este tipo de cultura organizacional, los empleados reciben igualdad de oportunidades. Esto puede ayudar a prevenir conflictos al tiempo que aporta más estabilidad y consistencia al equipo. Los empleados comparten iguales derechos y responsabilidades, intercambian ideas y toman decisiones colectivas.

¿Cuál es el mejor enfoque?

A pesar de sus obvias ventajas, ninguno de estos enfoques es perfecto. El individualismo fomenta la creatividad y la excelencia personal, pero también puede conducir a conflictos y resistencia a la cooperación. Los empleados pueden no estar dispuestos a adherirse a normas y metodologías predefinidas, que pueden afectar al equipo y a la organización en su conjunto. Algunos incluso pueden usar prácticas poco éticas para obtener una ventaja competitiva, ascender y ascender en la carrera.

Las organizaciones que utilizan un enfoque colectivista pueden encontrar estos problemas también, pero en menor medida. El inconveniente es que los empleados pueden estar menos motivados para trabajar y lograr el máximo rendimiento, ya que sus esfuerzos individuales se pasan por alto. Además, este enfoque puede dañar la creatividad y la innovación. Si uno de sus empleados tiene una idea brillante, pero el resto del equipo lo desaprueba, puede quedarse atrapado en una rutina y renunciar a intentar ser creativo y hacer las cosas mejor.

Lo ideal es tratar de encontrar un equilibrio entre el colectivismo y el individualismo. Los dos no son mutuamente excluyentes. Por ejemplo, puede asignar proyectos a departamentos y equipos que trabajarán en conjunto para lograr el resultado deseado. Los empleados aún pueden ser evaluados individualmente en función de su desempeño y contribuciones al proyecto.