Las divisas, o divisas, son esenciales para realizar transacciones comerciales globales. Los consumidores deben convertir la moneda nacional para realizar compras en el extranjero, mientras que las empresas se preocupan por intercambiar ganancias internacionales por billetes nacionales. El comercio global, sin embargo, conlleva distintos riesgos de pérdidas. La gestión efectiva de divisas minimiza estos riesgos económicos, al tiempo que proporciona un flujo de efectivo para cubrir los gastos diarios y mejorar las ganancias.
Identificación
El mercado de divisas se refiere a la red de individuos, bancos e intercambios financieros organizados que comercian con divisas mundiales. La administración de divisas requiere que sus participantes ingresen al mercado para entregar y aceptar divisas a tipos de cambio fluctuantes. A partir de ahí, las personas pueden mantener en reserva divisas extranjeras para realizar pagos o devolver las ganancias al extranjero en forma de billetes nacionales. La administración de divisas adecuada da cuenta de estas transacciones, al tiempo que anticipa cambios en las valoraciones de moneda que afectan el resultado final.
Caracteristicas
La administración de divisas requiere que siga los eventos actuales que se traducen en tasas de cambio fluctuantes para un país en particular. Los ahorradores prefieren hacer negocios en naciones que cuentan con gobiernos estables y economías fuertes. Las instituciones y los individuos privados deben comerciar por estas monedas para establecer negocios y comprar inversiones que creen que aumentarán de valor. Alternativamente, los inversionistas liquidan las participaciones en el extranjero en el caso de recesión económica e inestabilidad política que es atribuible a un país en particular. Por ejemplo, las empresas rápidamente venderían activos y se retirarían de una nación que está sufriendo un golpe militar, donde el nuevo régimen es hostil para los inversores extranjeros.
Consideraciones
Más allá de comprar y vender bienes, las monedas pueden ser cambiadas por ganancias financieras. La gestión de divisas analiza los registros económicos de los posibles países para descubrir y comprar monedas subvaluadas. El objetivo es mantener estas notas hasta que los tipos de cambio mejoren para reflejar desarrollos favorables, como los sólidos informes nacionales de empleo y la caída de los déficits presupuestarios. El éxito del comercio de divisas aumenta la rentabilidad y el poder de compra.
Los riesgos
La administración de divisas también debe identificar los distintos riesgos de realizar transacciones comerciales globales. Los cambios adversos en las valoraciones de la moneda pueden traducirse en pérdidas. Por ejemplo, los exportadores pierden ventas cuando los tipos de cambio internos se fortalecen. En ese momento, los bienes exportados se vuelven más caros para los compradores extranjeros. Además, las empresas que tienen grandes reservas de divisas también pierden poder adquisitivo en casa cuando se aprecian los valores en moneda nacional. Mientras tanto, los consumidores enfrentan los riesgos de una disminución de los tipos de cambio internos que aumentan los costos de los bienes importados y las compras en el extranjero.
Estrategia
La gestión de divisas puede utilizar la diversificación y los derivados de divisas para gestionar los riesgos y preservar los beneficios. Los derivados de divisas se compran para establecer tipos de cambio predeterminados para períodos establecidos. Estos derivados incluyen futuros, opciones y forwards. Los futuros de divisas y las opciones se negocian en bolsas organizadas, como la Bolsa Mercantil de Chicago. Sin embargo, los contratos a plazo son acuerdos personalizados entre dos partes para negociar futuros tipos de cambio entre sí.
Los inversores más pequeños pueden optar por diversificar con fondos mutuos según la geografía, en su lugar. Por ejemplo, los altos costos de los productos básicos pueden llevar a Japón a una recesión económica, mientras que los fondos mutuos que invierten en una Rusia rica en recursos están ganando dinero.