El marketing dirigido por activos es una estrategia que promueve las características y los beneficios del producto. Estas características pueden incluir la marca del producto, su imagen y sus capacidades. Si bien el objetivo principal de cualquier estrategia de marketing es promover el producto, la estrategia basada en activos se centra en el producto en sí, en lugar de cómo puede satisfacer las necesidades del cliente potencial. Cuando los mercadólogos emplean una estrategia dirigida por activos, se dejan vulnerables a varios escollos.
Oportunidades perdidas
Una desventaja importante del marketing dirigido por activos es que su enfoque en el producto hace que sus partidarios pierdan de vista otras oportunidades de marketing. El enfoque basado en activos puede ser miope, ya que se concentra en promover la marca o imagen del producto. Si esa marca tiene un enfoque demasiado limitado, entonces se pueden perder las oportunidades para expandir el alcance del producto. Un enfoque basado en activos puede no solo perder vías para atraer nuevos clientes, sino también dejar de llevar a sus antiguos clientes en sus esfuerzos por expandirse a nuevas industrias.
Falta de flexibilidad
Un enfoque basado en activos no tiene en cuenta los cambios en el mercado. Si bien un enfoque dirigido por el mercado incluye escuchar a los clientes y responder a sus deseos, las compañías que emplean una estrategia dirigida por activos mantienen un enfoque interno en la marca y las características. El enfoque basado en activos lleva a un cambio lento y a una falta de flexibilidad en un entorno de marketing dinámico. Esta falta de respuesta puede hacer que el cliente vea a la empresa como estancada, obsoleta y fuera de contacto.
Investigación limitada de clientes
Las empresas que emplean el enfoque basado en activos no suelen participar en la investigación de clientes. Creen que la fortaleza de la marca actúa como una base suficiente para su éxito, pero es posible que no estén conscientes de los cambios en el mercado que ocurren justo afuera de las puertas de sus salas de conferencias. Por ejemplo, una empresa que se califica como sólida, establecida y tradicional encontraría que sus tasas de respuesta disminuyen a medida que sus clientes se alejan de las estructuras tradicionales y adoptan ideas nuevas e innovadoras.
Problemas de lealtad a la marca
Cualquier evento que pueda hacer que los clientes se cuestionen si la marca cumple con los valores establecidos puede comprometer la lealtad de la marca. Por ejemplo, una compañía que construye su marca en torno a la calidad y confiabilidad puede sufrir mucho si sus productos son defectuosos o tienen una mano de obra deficiente. Mientras las empresas pasan años, incluso décadas, construyendo una marca, esos esfuerzos pueden ser destruidos en un solo incidente. Una empresa que sufre un golpe en su marca a menudo requiere incluso más tiempo para reconstruir la confianza de los clientes en esa marca.