Diferentes líderes emplean diferentes estilos al tomar decisiones importantes de gestión. El enfoque de toma de decisiones depende de la importancia del tema en cuestión, la experiencia y el conjunto de habilidades del personal y la cantidad de riesgo que la organización puede tolerar. Los gerentes exitosos pueden variar sus estilos según cambien las exigencias de la situación, en lugar de adoptar un estilo único para cada decisión.
De arriba hacia abajo
En un estilo de toma de decisiones de arriba hacia abajo, también conocido como el estilo de comando, el ejecutivo de mayor jerarquía toma la decisión sin consultar mucho al personal, si es que lo hace. Si bien esto puede sonar como una forma dictatorial de administrar a las personas, en algunos casos, es la única solución viable. En una crisis, por ejemplo, puede que simplemente no haya tiempo suficiente para consultar y debatir. En otros casos, el líder puede ser el único lo suficientemente calificado para comprender las complejidades de la decisión. También puede haber casos en que el tema en cuestión sea tan simple que simplemente no valga la pena el tiempo y el esfuerzo para intercambiar ideas.
Consultar
Lo opuesto a un estilo dominante es el de la consulta y la colaboración. Aquí, la decisión final puede ser tomada por un solo individuo, pero solo después se consultan aquellos involucrados en la identificación del problema y la ejecución de la solución. Consultar a otros es a menudo la mejor manera de llegar a una decisión cuando intenta inculcar un espíritu de equipo y alentar a las personas a trabajar estrechamente cuando sea el momento de implementar la decisión. Este estilo también es necesario cuando una sola persona no conoce todos los detalles de la situación. Por ejemplo, al diseñar un producto, se necesita el aporte del personal de ingeniería, ventas y fabricación para garantizar que el producto satisfaga las necesidades de los clientes.
Analítico / Procesal
Algunas organizaciones encuentran mejor establecer reglas y procedimientos para simplificar el proceso de toma de decisiones. Por ejemplo, podría adoptar una regla para valorar un producto al menos un 15 por ciento menos que el líder del mercado, pero más de un 10 por ciento por encima del competidor más barato. Tales reglas imponen disciplina en el proceso de toma de decisiones, ahorran tiempo y permiten la coherencia. Si bien no todas las decisiones se pueden formalizar de esta manera, algunas decisiones que se toman con frecuencia deben automatizarse para ahorrar tiempo y esfuerzo.
Democrático
En algunos casos, a las organizaciones les resulta mejor ignorar la antigüedad, el rango y la experiencia, y en su lugar, ir con lo que la mayoría quiere. Esto es especialmente cierto cuando la decisión influirá en todos en la misma medida. Por ejemplo, al decidir dónde celebrar la fiesta navideña de la compañía, o qué alimentos servir en la cafetería, una empresa puede simplemente votar y tomar una decisión basada en los resultados. De esta manera, todos sienten que sus aportaciones son importantes. Este tipo de toma de decisiones también elimina la necesidad de justificar la decisión de la organización, especialmente si la votación se realizó abiertamente.