Las evaluaciones de los empleados generalmente cubren los desafíos, logros y metas del empleado. Según un artículo sobre la gestión del desempeño de la Universidad de Indiana, la evaluación de los empleados es una de las actividades de supervisión más importantes, porque es una oportunidad para entrenar, motivar y gestionar las expectativas en ambos lados del escritorio. En lugar de simplemente decirle al empleado cómo está, un supervisor puede beneficiarse al convertir la evaluación en una discusión al hacer preguntas preparadas y reflexivas.
Preguntas de final abierto
Los supervisores siempre deben evitar hacer preguntas que puedan responderse con un simple "sí" o "no", ya que estas preguntas generalmente no provocan más discusiones o interpretaciones. Por ejemplo, en lugar de "¿Crees que alcanzaste tus objetivos de productividad este año?", La pregunta debería ser: "Dime cómo pudiste cumplir tus objetivos de productividad este año o por qué no pudiste cumplirlos".
Preguntas sobre desafíos
Preguntar sobre los desafíos que enfrentó el empleado, como "¿Cuál fue su mayor error este año?" Le brinda al empleado y al supervisor la oportunidad de convertir un obstáculo en una experiencia de aprendizaje. También le permite al supervisor identificar problemas potenciales futuros, como relaciones interpersonales o problemas de administración del tiempo. En lugar de evitar los temas difíciles, deberían sacarse a la luz y abordarse de manera positiva.
Preguntas sobre el futuro
Muchos empleados están motivados para hacer un mejor trabajo en sus roles y posiciones actuales si creen que esto llevará a promociones y aumentos. El supervisor debe hacer preguntas sobre qué otros puestos le interesan al empleado dentro de la empresa, así como los sueños y metas a largo plazo. Estas preguntas le dan al supervisor la información necesaria para establecer un plan de trayectoria profesional sólido para el empleado. También le dan al supervisor una idea de lo que específicamente motiva al empleado (dinero, balance trabajo-vida, etc.)
Preguntas sobre el supervisor
Este tipo de preguntas son difíciles para muchos supervisores o gerentes. Incluyen, “¿Cómo me desempeño como su gerente?” Y “¿Lo estoy administrando de la mejor manera posible?” Todos tienen diferentes personalidades y estilos de trabajo, y lo que funciona para una combinación de supervisor y empleado puede fallar para otros. El supervisor efectivo debe dejar de lado su ego y darse cuenta de que su trabajo puede requerir que cambie su estilo de gestión para adaptarse a sus empleados, y no al revés. Por ejemplo, algunos empleados necesitan recordatorios o elogios constantes, mientras que otros quieren que los dejen solos.
Preguntas de autoevaluación del empleado
Muchos supervisores pueden obtener información valiosa al instruir a sus empleados para que se califiquen a sí mismos en los mismos elementos (y escala) utilizados en la revisión gerencial formal. Esto permitirá al supervisor ver claramente las diferencias entre la autopercepción y la realidad del empleado. Por ejemplo, si un empleado se califica a sí mismo como un 10 (en una escala de 1 a 10) en comunicación, pero el supervisor solo le da un 6, tendrá que haber una discusión sobre la desconexión.