Todas las empresas requieren activos para generar ingresos. Sin embargo, los activos particulares que una empresa elige emplear varían mucho de una industria a otra, al igual que la forma en que una empresa financia sus activos a largo plazo. En particular, algunas empresas adquieren activos fijos mediante el supuesto de deuda a largo plazo y otras a través del patrimonio. Los índices de apalancamiento se utilizan para ilustrar la exposición relativa de los accionistas de una empresa en comparación con sus acreedores. Una de esas relaciones es la relación entre activos fijos y capital, que mide la capacidad de una empresa para confiar tanto en las inversiones directas en una empresa como en sus ganancias acumuladas para adquirir activos a largo plazo.
Ecuación
La relación de activos fijos a capital es un tipo de ratio de apalancamiento. Divide los activos fijos de una empresa por el patrimonio de sus propietarios. En este caso, los activos fijos se refieren a la planta, propiedad y equipo de una empresa, cuya vida útil es de tres o más años. A su vez, el capital contable incluye las ganancias retenidas de los ingresos generados por la compañía y el capital pagado.
Utilizar
La estabilidad financiera de una empresa, así como su riesgo de insolvencia, se pueden medir utilizando ratios de capital. La relación de activos fijos a capital en particular mide la exposición relativa de los accionistas frente a los acreedores de una empresa. El apalancamiento financiero aumenta el riesgo comercial de una empresa porque la deuda conduce a costos fijos que potencialmente pueden tener un efecto negativo en la rentabilidad en caso de que los ingresos disminuyan considerablemente. Además, el hecho de que la deuda y los intereses tengan prioridad sobre otros intereses comerciales puede tener un impacto negativo en las operaciones futuras en caso de que el flujo de ingresos de la empresa empeore drásticamente. Como resultado, la relación de activos a capital proporciona información esencial a los posibles acreedores.
Resultados
No existe una relación ideal de activos fijos a propietarios o de capital. Sin embargo, una compañía cuya deuda es igual o mayor que el valor de sus activos no se considera una buena inversión. Esto se debe en parte a la obligación de servicio de la deuda que está asociada con la deuda a corto y largo plazo, lo que da lugar a la posibilidad de que una empresa no pueda cumplir su obligación de deuda de manera oportuna. Por ejemplo, una relación de activos a capital superior al 100 por ciento es una indicación de que un gran porcentaje de la capacidad productiva de una empresa se financia con préstamos a largo plazo en lugar de inversiones de los accionistas y ganancias retenidas. Como regla general, una proporción del 65 por ciento es apropiada para muchas empresas.
Ejemplo
Los activos fijos al patrimonio son iguales a los activos fijos divididos por el capital contable total. Si los activos fijos equivalen a 32,050 y el capital contable total equivale a 99,458, los activos fijos al patrimonio equivalen a 32,050 dividido por 99,458, o 32.33 por ciento.