Los buenos supervisores y gerentes son capaces de delegar efectivamente. La delegación es clave para una buena gestión del tiempo y una habilidad importante en el desarrollo de los empleados para asumir una mayor responsabilidad. Si bien la delegación es una habilidad de gestión importante, no deja de tener sus desventajas. Existen varias barreras para una delegación efectiva y en momentos en que no se debe delegar el trabajo. Los buenos gerentes deben ser conscientes de estos inconvenientes y saber cuándo evitar la delegación o cómo superar las barreras.
Capacitación o habilidades insuficientes
No es suficiente simplemente entregarle una tarea a un empleado y decirle que lo haga. El empleado debe estar suficientemente capacitado y poseer las habilidades necesarias para realizar bien la tarea. Si el empleado no tiene las habilidades o la capacitación necesarias, el gerente está preparando al empleado para fallar. Para superar esta barrera, un gerente o supervisor necesita tomarse el tiempo para capacitar a un empleado en cómo realizar la tarea y entrenar su desempeño antes de entregarlo permanentemente.
Cuestiones de moral
La delegación puede ser un tema difícil para los empleados a los que se hace la delegación. Si sienten que se les está pidiendo que hagan una tarea simplemente porque al gerente no le gusta la tarea o porque es desagradable, es poco probable que ayuden a que la delegación tenga éxito. Incluso si lo realizan de la mejor manera posible, puede dañar su moral y hacer que estén menos motivados para realizar otras tareas. Un empleado también puede sentirse inseguro acerca de la tarea si no siente que tiene las habilidades necesarias o puede sentir que no tiene el tiempo para hacer la tarea junto con sus tareas habituales.
Falta de autoridad
Hay algunas tareas que requieren una cierta cantidad de autoridad para llevar a cabo. Esta autoridad puede venir en forma de poder asegurar fondos u obtener la cooperación de personas en otros departamentos. Si se le asigna una tarea a un empleado que carece de la autoridad adecuada para asegurar los recursos necesarios, es probable que la delegación falle. Los gerentes deben asegurarse de que se delegue suficiente autoridad junto con la tarea.
Falta de experiencia
Un empleado que carece de experiencia con una organización puede rehuir una tarea delegada, incluso si tiene las habilidades y la capacitación necesarias. Algunas tareas requieren familiaridad con la organización y sus empleados. Un empleado inexperto puede carecer de la confianza necesaria para asegurar los recursos adecuados y realizar la tarea de manera consistente. Sin embargo, dado que las tareas delegadas son una forma en que un empleado puede adquirir experiencia, esta es una barrera que se puede superar con paciencia y persistencia por parte del gerente. Se debe reconocer que el aprendiz podría necesitar más tiempo y más entrenamiento que el que necesitaría un empleado más experimentado.
Perfeccionismo
Otra barrera para la delegación es cuando el gerente o supervisor se involucra en el perfeccionismo. Exigir que la tarea se lleve a cabo exactamente como lo haría el gerente o supervisor puede llevar a dificultades en la delegación. A menos que la tarea sea peligrosa o relacionada con la seguridad o el dinero, puede ser necesario permitir que el empleado desarrolle su propia forma de realizar una tarea. El gerente también debe ser capaz de tolerar errores cuando la tarea se realiza por primera vez hasta que el empleado adquiere experiencia y conocimiento.