Una empresa puede tener diferentes tipos de deuda, pero no todas las deudas son iguales. La deuda no asegurada se refiere a la deuda que no está vinculada a un activo físico. Un buen ejemplo de deuda no asegurada es una tarjeta de crédito. Muchas empresas también tienen deuda a corto plazo, que es una deuda con un período de amortización de menos de un año. Una empresa también puede tener una deuda a largo plazo, que tiene características particulares que la distinguen de cualquier otro tipo.
Periodo de préstamo
El período de préstamo para una deuda a largo plazo supera los 12 meses. La longitud del término corresponde al valor percibido del artículo. Un préstamo de automóvil, por ejemplo, no recibiría financiamiento durante un período de 20 años porque el artículo no tiene el valor suficiente para sostener dicho préstamo. Una hipoteca, por otro lado, lo haría porque el valor inherente de la propiedad puede justificar dicho plazo de préstamo. Después de la tasación de la propiedad, el valor se extiende por la duración de ese plazo menos cualquier pago inicial por adelantado.
Colateral
La deuda a largo plazo está garantizada por algún tipo de garantía. Un ejemplo de esto sería una hipoteca sobre un edificio, un préstamo sobre equipos de construcción o un préstamo sobre un terreno. Si el prestatario incumple, el titular del préstamo recibe la propiedad y puede disponer de ella de tal manera que le permita recuperar parte del dinero adeudado por el prestatario.
Tasa de interés
La tasa de interés para una deuda a largo plazo es relativamente baja y permanece fija por la duración del préstamo. La razón de esto es porque el préstamo está garantizado por un activo, a diferencia de los préstamos no garantizados, que tienden a tener una tasa de interés más alta. Como tal, los pagos del préstamo siguen siendo los mismos a lo largo de la vida del préstamo. La cantidad de interés que el prestatario paga se reduce constantemente mes a mes a medida que el capital original se reduce. Tales pagos predecibles aumentan la capacidad de la empresa para presupuestar con precisión.
Riesgo
Un negocio con una gran cantidad de deuda a largo plazo se considera riesgoso. La deuda a largo plazo se calcula en la relación deuda a capital de la empresa, que es la diferencia entre su deuda a largo plazo, también conocida como sus pasivos, y el capital contable. Si la relación deuda-capital es baja, los analistas pueden considerar que es un buen riesgo para los inversores. En consecuencia, si lo contrario es cierto y los pasivos de la empresa son más altos que su capital, la mayoría de los inversionistas supondrían que una inversión en ella no sería rentable. Tales compañías son consideradas muy pesadas cuando se trata de deudas, y eso es lo que las hace riesgosas.