La gestión de la industria es uno de los dos actores clave en el ámbito de las relaciones laborales. Las relaciones laborales describen la relación entre la gerencia (a menudo la gerencia de alto nivel) y las organizaciones de empleados (como los sindicatos).
Gestión de alto nivel
La administración de alto nivel debe comunicarse y negociar con las organizaciones de empleados para evitar huelgas, demandas legales y protestas. Este nivel de gestión interactúa con las organizaciones de empleados en gran escala, a diferencia de los niveles más bajos de gestión que dependen principalmente de los recursos humanos para llevar a cabo las interacciones de los empleados.
Gestión de bajo nivel
La administración de bajo nivel (o local) interactúa con los empleados de forma individual (a menudo a través de un departamento de recursos humanos). Todos los niveles de administración están involucrados en las relaciones laborales, pero la administración de bajo nivel tiene poco o nada que decir en las decisiones generales (compensación a los empleados y alteraciones de los beneficios).
Gestión de fines en las relaciones laborales.
En una negociación de relaciones laborales, la administración representa el interés de la empresa (y de los accionistas, si corresponde). La gerencia debe trabajar con los empleados para desarrollar paquetes de compensación y políticas que sean aceptables para ambas partes.
Problemas para la gestión en las relaciones laborales.
Cuando la relación entre la gerencia y los empleados se agrupa, la gerencia puede verse obligada a desarrollar un plan de gestión de crisis. Si una organización de empleados inicia una huelga o protesta a gran escala, la administración debe actuar con rapidez (ya sea cediendo a las demandas de los empleados o encontrando una solución alternativa) para evitar la paralización de las pérdidas de ganancias.
Historia de la implicación de la dirección en las relaciones laborales.
Históricamente, la administración se describe como un enemigo de los empleados y sus organizaciones. Si bien este estereotipo no es del todo cierto, los medios de comunicación a menudo representan a la gerencia como el "hombre malo" de las dos organizaciones (los sindicatos generalmente son elegidos como el héroe del "hombre pequeño"). Esta atención negativa de los medios (y el estereotipo histórico) puede llevar a relaciones públicas extremadamente dañinas, que eventualmente pueden paralizar toda una industria.