Una buena estrategia empresarial define y prioriza las acciones requeridas para alcanzar los objetivos a largo plazo. Sin embargo, muchos propietarios de negocios luchan con las evaluaciones de la estrategia empresarial, ya que muchos métodos de evaluación son confusos y difíciles. El método de evaluación de Rumelt, llamado así por su creador, Richard Rumelt, de la Escuela de Administración Anderson de UCLA, intenta simplemente el proceso utilizando cuatro criterios para evaluar si una estrategia es eficiente, eficaz y está alineada con la misión y los objetivos de una empresa.
Comprobar la consistencia
Revise los objetivos, las políticas y los objetivos a corto plazo para asegurarse de que cada uno respalde su estrategia comercial a largo plazo. Esto es especialmente importante si su negocio está experimentando un crecimiento, ya que las decisiones tomadas en respuesta al crecimiento pueden alterar la dirección de su negocio. Las conexiones consistentes permiten que su negocio funcione como una unidad cohesiva orientada hacia el equipo, con la mayoría de los problemas o inquietudes que se remontan a las diferencias entre las personas en lugar de las operaciones comerciales. Las señales de alerta que apuntan a inconsistencias entre los objetivos a corto plazo y los planes de estrategia a largo plazo incluyen conflictos interdepartamentales y competencia, falta de comunicación o falta de comunicación y desafíos de autoridad.
Evaluar la adaptabilidad
Determine qué tan bien su estrategia se adapta y se adapta a su entorno. Comience esta evaluación de dos partes determinando primero si su estrategia está ayudando a su empresa a realizar los ideales sociales y económicos descritos en su misión comercial. A continuación, observe si su estrategia reconoce, gestiona y maneja las tendencias económicas y legislativas cambiantes, y con qué eficacia. Una estrategia bien desarrollada fomenta la anticipación y una respuesta proactiva, en lugar de reaccionaria, a un entorno cambiante.
Análisis de la ventaja competitiva
Analice su estrategia comercial para asegurarse de que le permita desarrollar, promover y mantener la ventaja competitiva de su empresa. Por ejemplo, evalúe si su estrategia fomenta la innovación y la creatividad o si exige un pensamiento orientado a los procesos. Esto afecta a si su empresa es capaz de distinguirse de sus competidores directos, ahora y en el futuro, al ofrecer productos o servicios distintivos, al desarrollar recursos especializados como patentes y marcas comerciales, o al desarrollar una reputación como una empresa con empleados de nivel superior. habilidades.
Estudio de factibilidad
Evalúe la estrategia de su negocio en conjunto para evaluar su viabilidad a largo plazo. Por ejemplo, examine la estrategia desde una perspectiva financiera e identifique sus limitaciones. Evalúe la dotación de personal en términos de requisitos, conocimientos y el conjunto de habilidades requerido para lograr los objetivos de la estrategia a largo plazo. Además, considere si el personal principal, incluidos los gerentes y los empleados, está dispuesto a contribuir y respaldar la estrategia comercial y la dirección en la que está tomando su empresa.