Teoría del formalismo ético

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Anonim

Forma y contenido son términos metafísicos comunes en la filosofía. La forma es la "forma" de la cosa, un contenedor sin contenido. Los conceptos de "bueno" y "correcto" son formas. El contenido es la manifestación específica de esa forma. Algo "bueno" podría referirse a ayudar a alguien en necesidad. Este es el contenido. Por lo tanto, el formalismo ético rechaza la preocupación por los actos morales reales y, en cambio, se concentra en las fuentes fundamentales de la bondad moral, independientemente de su aplicación.

Forma y contenido

Cualquier teoría ética tiene una forma, o regla de acción, y contenido, la naturaleza específica de esa acción. El formalismo ético prescinde del contenido por completo. El formalismo es un universalismo ético hecho en leyes que son absolutas. Por lo tanto, el contenido de cualquier acción moral específica no tiene significado. Si una ley universal dice "no hagas trampa", entonces en ninguna circunstancia se permite la trampa.

Kant y formalismo

Immanuel Kant es uno de los promotores más importantes del formalismo ético. En su opinión, ninguna teoría ética puede preocuparse por el contenido real de actos morales específicos; debe establecer reglas basadas exclusivamente en la constitución de la voluntad humana. Esto sugiere que la voluntad humana puede aplicar reglas a todas y cada una de las situaciones que la confrontan. Comienza desde el punto de vista de la igualdad humana y se resuelve a sí mismo a la idea de que solo las leyes universales decididas en libertad pueden contener cualquier cosa moral.

Valor intrínseco

El formalismo ético sostiene que la fuente y el fundamento de las leyes éticas contienen su valor. Por lo tanto, las consecuencias no importan. El famoso principio formalista de Kant es una de las ideas formalistas éticas más famosas. Para Kant, una verdadera acción moral es aquella que proviene del libre albedrío. La voluntad es libre cuando ninguna influencia externa, como el interés propio, interfiere con ella. La voluntad en este caso es totalmente gratuita, y por lo tanto totalmente universal. La acción ética que se deriva de la voluntad es verdaderamente buena porque es gratuita y universal. La universalidad se convierte en la base de la moralidad porque no tiene en cuenta ningún interés específico. Es moral por el hecho de ser moral.

La humanidad como fin

El famoso formalismo ético de Kant muestra la fuente de la acción moral a través de una voluntad que está totalmente libre de restricciones, y por lo tanto, necesariamente totalmente universal. Todos los seres humanos racionales son capaces de este tipo de acción. Como esta es la fuente de la bondad moral, y todos los seres humanos pueden realizarla, entonces cada persona racional es la fuente del bien moral. Si esto es cierto, entonces todos los seres humanos deben ser tratados como fines en sí mismos, nunca como medios. El concepto mismo de universalidad significa que las reglas morales reales deben aplicarse a todos por igual.