Las reglas básicas de la ética son los fundamentos. Estas son las bases por las que tomamos decisiones éticas. Debido a que son "reglas", en lugar de normas o principios, deben ser de carácter práctico, fáciles de poner en práctica. El hecho de que sean reglas “básicas” significa que no son procesables por sí mismas, sino que informan a la acción. Diferentes circunstancias pueden forzar un cambio de plan, pero nunca pueden alterar la naturaleza de las reglas básicas. La buena acción es buena solo porque ejemplifica estas reglas.
Integridad
La integridad significa plenitud. La totalidad se puede entender por su opuesto, la falsedad. Por "falsedad", nos referimos al tipo de persona que usa una "máscara" diferente dependiendo de con quién está hablando la persona. Una persona que carece de integridad es religiosa con una persona religiosa, conservadora con una persona conservadora y liberal con una persona liberal. Tal camaleón no tiene integridad porque no hay un "núcleo" de la personalidad. Tal persona es lo que necesita ser en ese momento, no mantener un verdadero sentido de sí mismo, misión o propósito. La falsedad es lo opuesto a la integridad en el sentido de que la persona falsa manipula a los demás mediante el reflejo del personaje, ya sea ocultando sus verdaderas intenciones o, peor aún, sin ninguna intención en absoluto.
Justicia y Equidad
Esta es una regla general, pero está estrechamente relacionada con la “imparcialidad” más práctica. Justicia significa, hablando de manera abstracta, tratar a las personas con igual respeto. Específicamente, el respeto se refiere a ver a los demás como fines, no como medios. En este caso, una persona inmoral es una que usa personas, amistades y relaciones para promover su propio interés. Una persona moral es aquella que da la misma latitud a sus propios fines, así como a los fines de los que se encuentran. La justicia exige que las personas reciban lo que merecen. La advertencia aquí es que se debe usar un criterio imparcial, imparcial y objetivo para determinar lo que una persona, de hecho, "merece".
Responsabilidad y autonomía
La base de todas las reglas morales es tratar a las personas como seres libres, no como cosas. La rendición de cuentas va al corazón de este principio general. El elogio y la culpa pueden y deben asignarse, pero en función del mérito real, el mérito se deriva de criterios reales, aceptados y objetivos que son imparciales hacia cualquier grupo. Las personas deben ser tratadas como individuos, con libre albedrío, en lugar de partes de un grupo más amplio. Imputar a la gente el libre albedrío, entonces le da el terreno para tratarlos como personas reales en lugar de objetos para ser manipulados.Libre albedrío significa que las personas con las que te encuentras son seres reales con intereses reales, no meros escalones para alcanzar tus deseos.
Honestidad
La honestidad se trata de ser genuino. De esta manera, está estrechamente relacionado con la responsabilidad y la integridad. Como una regla ética, la honestidad consiste en usar palabras para revelar cosas, no para ocultarlas. La deshonestidad consiste en usar el lenguaje para ocultar las verdaderas intenciones o las creencias reales. Decirle a la gente “lo que quieren escuchar” es una forma bien conocida de falta de honradez, que disfraza las verdaderas intenciones de uno de los que aparecen como un “amigo”. Usar el lenguaje para “disfrazarse” de la opinión o creencia de uno en lugar de dejarlo sin decorar es otra. Ejemplo común de este vicio. Una persona tan deshonesta busca la aceptación, no la verdad. Carecen de integridad y responsabilidad.