Principios de la ética humanitaria

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Anonim

La ética humanista, o humanitarismo, es un enfoque ético que otorga gran importancia a la condición de los seres humanos en todas partes, sin distinciones de ningún tipo. Esta doctrina sostiene que las necesidades humanas son básicamente las mismas y giran en torno a la protección de las libertades básicas en el contexto de un sistema económico que sirve a la población en su conjunto en lugar de a grupos de élites bien conectadas.

Potencial

La ética humanitaria comienza desde el punto de vista de que los seres humanos solo pueden prosperar en condiciones específicas. Los gobiernos y los sistemas económicos deben estar orientados a necesidades reales como alimentos, vivienda, trabajo y educación. El objetivo no es meramente prevenir atrocidades y catástrofes, sino crear un mundo social donde se maximice el potencial de cada persona. El potencial se ve sofocado, por ejemplo, cuando las personas no tienen derecho legal a la propiedad, se ven obligadas a trabajar largas horas o no tienen un hogar estable debido a la guerra o las dificultades económicas.

Responsabilidad

La ética humanitaria reconoce que los derechos humanos conllevan deberes correspondientes. Prevenir los abusos de los derechos humanos, responder a las catástrofes y monitorear el comportamiento de los gobiernos y otros actores políticos son deberes positivos que incumben a todos los pueblos y estados. En resumen, no solo las personas tienen el deber negativo de evitar dañar a las personas, sino que también tienen el deber positivo de intervenir activamente cuando el sufrimiento se ha convertido en la norma.

Neutralidad

La intervención en tiempos de gran sufrimiento debe ser independiente de todas las preocupaciones políticas. La ética humanitaria sostiene que el deber positivo de aliviar el sufrimiento no implica ningún compromiso político o religioso. Al intervenir en una disputa extranjera que ha creado una gran población de refugiados, por ejemplo, el único criterio de acción es la necesidad. El humanitarismo a escala global se niega a tomar en consideración la afiliación política, e insiste en ayudar positivamente a las personas que sufren, independientemente de sus antecedentes o posición sobre temas políticos o religiosos.

Transformación

La caridad es solo el comienzo del humanitarismo. El principio último de la ética humanitaria es la transformación. Una cosa es intervenir para alimentar a los hambrientos, y otra es asegurarse de que tales desastres no vuelvan a ocurrir. El humanitarismo quiere construir instituciones y actitudes que respondan a los pueblos y sus necesidades directas, no a aquellos que pertenecen al partido político o religión "correcto". El humanitarismo busca revolucionar lentamente las sociedades para prevenir las atrocidades, los abusos de los derechos humanos y la violencia de todo tipo. La "reducción de la vulnerabilidad" es el fin próximo de todo humanitarismo. El deber es primero proteger y, finalmente, crear instituciones donde las personas no solo puedan sobrevivir, sino también prosperar.