Una de las partes más importantes y desafiantes del trabajo de un ejecutivo es evaluar y determinar la estrategia de la empresa. El proceso puede ser intensivo y, a menudo, requiere la experiencia de expertos en la materia interna y de consultores externos. Incluso en pequeñas empresas, este proceso puede requerir una gran cantidad de tiempo y recursos por parte del propietario. Sin embargo, si se hace bien, puede ser el factor determinante del éxito final de la empresa.
Analizar la industria de la empresa y sus competidores. Describa las propiedades de la industria en términos de su madurez, tasa de crecimiento y fragmentación (ya sea que haya algunos jugadores importantes o cientos de competidores pequeños). Enumere a cada uno de los principales competidores y qué rol planean en la industria; por ejemplo, el líder de bajo costo, la marca de aspiración o la nueva empresa emergente. Describa los clientes disponibles en la industria, como pequeñas empresas, sucursales gubernamentales, consumidores de clase media, etc.
Evaluar las capacidades de la empresa o sus fundadores. Realice un análisis FODA (fortalezas, debilidades, oportunidades, amenazas) que enumere las fortalezas y debilidades internas de la organización, y sus oportunidades y amenazas externas. Priorice una lista de las fortalezas de la compañía en orden de la más fuerte a la más débil, y sus debilidades en orden de la más a la menos incapacitante.
Evalúe el enfoque estratégico actual del negocio y qué tan bien está implementando ese enfoque. Si el negocio se ha posicionado como el líder de bajo costo, examine si ha alcanzado esa posición. Algunas empresas pueden no haber definido una estrategia todavía; en ese caso, determine qué papel ha desempeñado en la industria y qué tan bien se está desempeñando financieramente en comparación con sus competidores.
Realice un análisis de brechas entre las competencias y las oportunidades de la empresa dentro del mercado o la industria. Haga una lista de cada necesidad del mercado que no se haya cumplido por completo, como los clientes desatendidos, los enfoques operativos que no se han probado o la falta de competencia en uno de los roles tradicionales, como la marca de aspiraciones. Luego compare esa lista con las fortalezas y debilidades del negocio. Si el negocio no se ha desempeñado tan bien como sus competidores ni ha alcanzado sus objetivos, la compañía puede estar intentando competir en un área que está abarrotada o confiar en habilidades en las que es débil.