La teoría de la difusión de innovaciones a menudo se simplifica para centrarse únicamente en un producto o innovación, sin tener en cuenta los complejos factores sociales, culturales, económicos y otros que determinan cómo se adopta el producto en la sociedad. La investigación de difusión centrada en unas pocas innovaciones selectas a menudo no logra avanzar y sacar conclusiones importantes sobre la teoría más amplia.
Conflictos de interés
Los académicos de difusión a menudo colaboran con los fabricantes al examinar un nuevo producto o innovación. Dar prioridad a las necesidades del fabricante puede comprometer la calidad de estos estudios. Además, los fabricantes a menudo priorizan las preferencias y gustos de los clientes, factores que pueden agregar un giro trivial y teórico a la investigación de difusión. Los resultados del estudio a menudo son más débiles y menos confiables cuando se enfocan en un modelo de negocios en oposición al proceso social mediante el cual se produce la difusión.
Diferencias culturales
La investigación de difusión puede ignorar las normas culturales. Un estudio de 1955 sobre una campaña de salud en una aldea peruana, por ejemplo, informó que los aldeanos se resisten de manera abrumadora a la idea de hervir el agua. Los trabajadores de salud no notaron la preferencia de los aldeanos por el agua fría, "sin cocer". Centrarse en el producto o la idea mientras se ignoran las costumbres culturales puede llevar a intentos fallidos de difusión. Este tipo de campaña se beneficiaría de un enfoque antropológico que examine la perspectiva cotidiana de los individuos involucrados.
Diferencias economicas
Muchas sociedades carecen de la infraestructura o las redes necesarias para promover y adoptar una nueva tecnología. La investigación sobre difusión a menudo se ha centrado más en la innovación en sí misma que en estas diferencias socioculturales. Los estudios demuestran que las innovaciones tecnológicas son más exitosas cuando brindan un papel beneficioso para el consumidor. Sin embargo, muchas sociedades en todo el mundo enfrentan restricciones económicas o obstáculos legales que pueden hacer que los beneficios o la efectividad de una innovación se vuelvan obsoletos. Una nación empobrecida, por ejemplo, puede tener poco uso para las redes sociales o la última tecnología inalámbrica de Internet.
Pobre información
Los intentos mal definidos de introducir una idea o innovación pueden impedir la difusión. Por ejemplo, los grupos nacionales de salud pueden proporcionar información conflictiva sobre la edad apropiada para el examen de mamografía. Esta falta de consenso confunde al público y a los proveedores de seguros de salud, lo que frena la difusión de este importante tratamiento. Internet, como una gran fuente de información, a veces también puede confundir a los consumidores con opiniones y datos engañosos y opuestos. Los estudios demuestran que muchos pacientes están interesados en la tecnología web que les permite determinar su propio tratamiento. Los médicos desconfían de estas aplicaciones debido a la posibilidad de un mal uso.